Jueces 20, 36-44

Los benjaminitas se vieron derrotados*. Los hombres de Israel habían cedido terreno a Benjamín porque contaban con la emboscada que habían puesto contra Guibeá. Los emboscados marcharon a toda prisa contra Guibeá, se desplegaron y pasaron a cuchillo a toda la ciudad. La gente de Israel y los emboscados habían convenido en levantar una humareda*, como señal, desde la ciudad; entonces harían frente a los combatientes de Israel*. Benjamín comenzó matando a algunos israelitas, unos treinta hombres. Y se decían: «Están completamente derrotados ante nosotros, como en la primera batalla.» Pero entonces, la señal, la columna de humo, comenzó a levantarse de la ciudad, y Benjamín, mirando atrás, vio que toda la ciudad ardía en llamas que subían hacia el cielo. Entonces los hombres de Israel se volvieron y los benjaminitas temblaron al ver la calamidad que se les venía encima. Volvieron la espalda ante la gente de Israel camino del desierto, pero los combatientes los acosaban, y los que venían de la ciudad los destrozaban cogiéndolos en medio*. Así envolvieron a Benjamín, lo persiguieron sin descanso y lo aplastaron hasta llegar frente a Gueba por el oriente*. Cayeron de Benjamín dieciocho mil hombres, todos ellos hombres valerosos.
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