Lucas 23, 6-16

Al oír esto, Pilato preguntó si aquel hombre era galileo. Y, al saber que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, lo remitió donde éste, que por aquellos días estaba también en Jerusalén. Cuando Herodes vio a Jesús, se alegró mucho, pues hacía largo tiempo que deseaba verle. Había oído muchas cosas de él, y esperaba que hiciera algún signo en su presencia. Le hizo numerosas preguntas, pero él no respondió nada. Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándole con insistencia. Pero Herodes, con su guardia, después de despreciarle y burlarse de él, le puso un espléndido vestido* y lo remitió a Pilato. Aquel día Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues antes estaban enemistados. Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo, y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en él ninguno de los delitos de que le acusáis. Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré*
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