Mateo 16, 16-20

Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo*.» A esto replicó Jesús: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre*, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro* y que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia*, y las puertas del Hades* no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos*.» Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el Cristo*.
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