Romanos  7, 5-6

Porque, cuando nos dejábamos guiar por la carne*, las tendencias pecaminosas, excitadas por la ley, actuaban en nuestro cuerpo para que produjéramos frutos que conducen a la muerte. Ahora, sin embargo, hemos quedado emancipados de la ley, muertos a todo lo que nos tenía aprisionados, de modo que podamos servir según un espíritu nuevo, no según un código anticuado.
Ver contexto