Salmos 18, 7-14

[[8]] La tierra* rugió, retembló, temblaron las bases de los montes (vacilaron bajo su furor). [[9]] De su nariz salía una humareda, de su boca un fuego abrasador (y lanzaba carbones encendidos). [[10]] Inclinó los cielos y bajó, con espeso nublado a sus pies; [[11]] volaba a lomos de un querubín*, sostenido por las alas del viento. [[12]] Se puso como tienda un cerco de tinieblas, de aguas oscuras y espesos nubarrones; [[13]] el brillo de su presencia despedía* granizo y ascuas de fuego. [[14]] Tronó Yahvé desde el cielo, lanzó el Altísimo su voz*; [[15]] disparó sus saetas y los dispersó, la cantidad de rayos los desbarató.
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