Salmos 40, 3-13

[[4]] Puso en mi boca un cántico nuevo, una alabanza a nuestro Dios; muchos verán y temerán, y en Yahvé pondrán su confianza. [[5]] Dichoso será el hombre que pone en Yahvé su confianza, y no se va con los rebeldes que andan tras los ídolos*. [[6]] ¡Cuántas maravillas has hecho, Yahvé, Dios mío, cuántos designios por nosotros; nadie se te puede comparar! Quisiera publicarlos, pregonarlos, mas su número es incalculable. [[7]] No has querido sacrificio ni oblación, pero me has abierto el oído*; no pedías holocaustos ni víctimas, [[8]] dije entonces: «Aquí he venido». Está escrito en el rollo del libro [[9]] que debo hacer tu voluntad*. Y eso deseo, Dios mío, tengo tu ley en mi interior. [[10]] He proclamado tu justicia ante la gran asamblea; no he contenido mis labios, tú lo sabes, Yahvé. [[11]] No he callado tu justicia en mi pecho, he proclamado tu lealtad, tu salvación; no he ocultado tu amor y tu lealtad a la gran asamblea. [[12]] Y tú, Yahvé, no retengas tus ternuras hacia mí. Que tu amor y lealtad me guarden incesantes. [[13]] Pues desdichas me envuelven en número incontable. Mis culpas me dan caza y ya no puedo ver; más numerosas que mis cabellos, y me ha faltado coraje. [[14]] ¡Dígnate, Yahvé, librarme; Yahvé, corre en mi ayuda!
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