Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Campaña de Nabucodonosor (24:1-7).
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En su tiempo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, se puso en campaña. Joaquim le había estado sujeto durante tres años pero luego se volvió y se rebeló contra él. 2
Entonces mandó Yahvé contra Joaquim tropas caldeas, tropas de los sirios, tropas de los moabitas y de los amonitas; las envió contra Judá para destruirle, según la palabra que Yahvé había pronunciado por sus siervos los profetas. 3
No sucedió esto sino por orden de Yahvé, que quería arrojar a Judá de su presencia a causa de los pecados cometidos por Manases 4
y de la sangre inocente derramada por Manases, que había llenado a Jerusalén, que no quiso Yahvé perdonar. 5
El resto de los hechos de Joaquim, cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 6
Joaquim se durmió con sus padres, y le sucedió Joaquín, su hijo. 7
El rey de Egipto no salió ya más de su tierra, porque el rey de Babilonia se había apoderado de cuanto era del rey de Egipto, desde el torrente de Egipto hasta el Eufrates. Necao II habíase establecido en el norte de Siria, en Ribla, convirtiendo a Karkemish, en la orilla occidental del Eufrates, en baluarte de sus posesiones avanzadas en Asia. A la llegada de las tropas de Nabucodonosor huyó el ejército egipcio hacia el sur, en tanto que oponía una leve resistencia, cubriendo su retirada con ligeras escaramuzas. Las tropas babilónicas atravesaron victoriosas Siria y Palestina. Nabucodonosor llegó a las fronteras de Egipto, dispuesto a entrar en él, cuando recibió la noticia de la muerte de su padre (605 a.C.). Acompañado por soldados escogidos, y a través del desierto, marchó precipitadamente a Babilonia para ceñir la corona del imperio. Su rápido paso por tierras de Siria y Palestina, camino de Egipto, no le había permitido ajustar las cuentas con sus soberanos. De ahí que, especulando ellos con el regreso del rey a Babilonia e interpretando su retirada como señal de debilidad, mostráronse remisos en pagar los tributos que se les impusieron. Por otra parte, en Judá iba engrosando cada día el partido de los que eran favorables a reanudar las conversaciones con Egipto con el fin de crear una coalición antibabilónica. Contra este movimiento pronuncióse repetidamente el profeta Jeremías, recomendando humilde sumisión al rey de Babilonia,
por ser ésta la voluntad de Yahvé (
Jer_25:1-13;
Jer_27:1-22;
Jer_29:10). Esta actitud antiegipcia acarreó al profeta la enemistad del partido filoegipcio, que trató incluso de eliminarlo (Jer c.26). De estas intrigas y tratativas con Egipto tuvo noticia Nabucodonosor, el cual visitó de nuevo Palestina, probablemente el año 602, para imponer su dominio efectivo. En castigo de sus intrigas y contactos con Egipto, Nabucodonosor dirigióse a Jerusalén, en donde entró sin encontrar resistencia. El rey Joaquim fue cargado de cadenas, recobrando su libertad solamente al comprometerse con promesa formal a cumplir todas las obligaciones de vasallaje que le imponía el rey de Babilonia. Muchos nobles del país, entre los cuales contábase
Daniel, fueron deportados a Babilonia en calidad de rehenes.
El rey Joaquim, alentado por el partido filoegipcio, no cumplió las condiciones que se le habían impuesto. De ello tuvo noticia Nabucodonosor, quien, para castigarle, mandó contra él las tropas mercenarias acampadas en Siria y las bandas guerreras de los pueblos de los alrededores, aliados de Babilonia. Su acción fue catastrófica: aldeas enteras fueron arrasadas y saqueadas, asolada la campiña y reducido el país a una situación lamentable (
Jer_12:7-17; v.48-49). Permitió Dios que así sucediera para castigar el pecado de su pueblo, tal como habían predicho los profetas (
Jer_17:23;
Jer_21:10). Todos los territorios de Siria y Palestina que habían pertenecido a Egipto, desde el torrente de Egipto hasta el Eufrates, pasaron a depender del rey de Babilonia. Joaquim murió en circunstancias misteriosas, que, a juzgar por sus consecuencias, fueron trágicas. De él profetizó Jeremías: Sepultura de asno será la tuya, agarrado y tirado lejos de las puertas de Jerusalén (
Jer_22:19); su cadáver será arrojado al calor del día y al frío de la noche (
Jer_36:30).
Deportación a Babilonia (Jer_24:8-17).
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Dieciocho años tenía Joaquín cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejusta, hija de Elnatán, de Jerusalén. 9
Hizo el mal a los ojos de Yahvé, enteramente como lo había hecho su padre. 10
En este tiempo subieron contra Jerusalén los servidores de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la ciudad fue asediada, 11
Nabucodonocor, rey de Babilonia, llegó a la ciudad mientras sus servidores la asediaban. 12
Entonces Joaquín, rey de Judá, salió al rey de Babilonia con su madre, sus servidores, sus jefes y sus eunucos. El rey de Babilonia le prendió el octavo año de su reinado. 13
Sacó de allí todos los tesoros del templo de Yahvé y los tesoros del palacio real; rompió todos los utensilios que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo de Yahvé, conforme a lo que Yahvé había anunciado.14
Llevó cautiva a toda Jerusalén, a todos los jefes y a todos los hombres de importancia, en número de diez mil, con todos los carpinteros y herreros, no dejando más que a la gente pobre de la tierra. 15
Deportó a Joaquín a Babilonia, y llevó cautivos, de Jerusalén a Babilonia, a la madre del rey, a las mujeres del rey, a sus eunucos, a los grandes de la tierra; 16
a todos los hombres de armas, en número de siete mil, y a los carpinteros y herreros, en número de mil. A todos los hombres de valer, aptos para la guerra, el rey de Babilonia los llevó cautivos a Babilonia. 17
Luego puso por rey, en lugar de Joaquín, a Matanías, su tío, mudándole el nombre en el de Sedecías. Del rey Joaquín (598) dice el texto que hizo el mal a los ojos de Yahvé, enteramente como lo había hecho su padre. Semejante proceder
iba a desencadenar las iras de Dios contra su pueblo infiel. La conducta de Joaquim, siempre recalcitrante en cumplir las cláusulas que le impuso el rey de Babilonia, exasperaron a éste, que se presentó en Palestina con un gran ejército. Pero el culpable había muerto y ocupaba su puesto Joaquín, llamado también Jeconías (
Jer_28:455) y
Yekonyahu (
Jer_24:1). Su nombre figura en las cartas de Laquis 1. El nuevo monarca era débil, tanto que
incluso Jeremías habla despectivamente de él (
Jer_22:24-30). Al poco tiempo de subir al trono, las tropas de Nabucodonosor sitiaron la ciudad de Jerusalén. A los tres meses de cerco abrió el rey las puertas de la ciudad y se entregó al monarca babilónico.
Este entró en el templo, que saqueó. Llevó presos al rey, a toda la casa real, a los notables (
sarim),
a los obreros especializados, artesanos, no dejando en el país más que la gente pobre de bienes y de espíritu. Tocaba a su fin el año 598. Al llegar a Babilonia, Joaquín, su familia y nobles fueron encerrados en un castillo. A la muerte de Nabucodonosor fue admitido Joaquín en la corte como comensal del rey (
Jer_25:27).
Sedécias, rey de Judá (Jer_24:18-20).
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Veintiún años tenía Sedecías cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jamutai, hija de Jeremías, de Libna. 19
Hizo el mal a los ojos de Yahvé, enteramente como lo había hecho Joaquín, 20
por la cólera de Yahvé contra Jerusalén y contra Judá, que Yahvé quería arrojar de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. Llamábase el rey Matanías, pero el monarca babilónico le impuso el nombre de Sedéelas (
Jer_23:34). Reinó desde 598 hasta 587. Era hermano de Joacaz y tío de Joaquín. Toda esta perícopa (24:18-25:21) se encuentra en
Jer_52:1-27. No era Sedéelas de malos sentimientos, pero fue débil y de pocos alcances. Quizá le faltaron buenos consejeros; únicamente de noche podía entrevistarse
con Jeremías, que siente compasión por él. Ezequiel describe de manera tétrica las condiciones políticas y religiosas de este tiempo.
Los sacerdotes violaban la ley, los profetas vaticinaban cosas vanas, los príncipes son leones rapaces, igual que los ministros del rey (
Eze_22:23-31). La idolatría habíase adueñado de Jerusalén; se adoraba al dios del cielo (
Eze_8:3), al sol (
Eze_8:16), a los animales (
Eze_8:10). Las mujeres lloraban al dios Tammuz (
Eze_8:14).
Los verdaderos profetas eran objeto de mofa (
Eze_12:21), mientras triunfaban los falsos. En el pueblo existían diversas tendencias políticas, que torpedeaban toda unidad de acción. En tales circunstancias, la prudencia aconsejaba que el reino de Judá se amoldara al régimen de vida que le imponía Babilonia y no intentara rebelarse contra su dueño. La experiencia demostraba que Egipto no tenía poder suficiente para enfrentarse con Babilonia. Por lo mismo, querer sacudir el yugo en estas condiciones equivalía a un
suicidio colectivo.