Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
52. Próximo retorno de la Cautividad. El Siervo de Yahvé.
Dos oráculos:
a) Jerusalén restablecida (1-6);
b) retorno triunfal de Yahvé a Sión (7-12). Y, por fin, la introducción al cántico sobre el
Siervo de Yahvé (13-15).
Purificación y glorificación de Jerusalén (1-6).
1 Levántate, levántate, revístete de tu fortaleza, ¡oh Sión! i viste tus bellas vestiduras, Jerusalén, ciudad santa, que ya no volverá a entrar en ti incircunciso ni inmundo. 2Sacúdete el polvo, levántate, Jerusalén cautiva1; desata las ligaduras de tu cuello, ¡cautiva hija de Sión! 3 Porque así dice Yahvé: De balde fuisteis vendidos y sin precio seréis rescatados. 4 Pues así habla el Señor, Yahvé: A Egipto bajó mi pueblo en otro tiempo para habitar allí como peregrino, y Asur lo oprimió sin razón. 5 Y ahora ¿qué hago yo aquí, dice Yahvé, puesto que ha sido tomado gratis mi pueblo? Sus dominadores aullan, y continuamente, dice Yahvé, es blasfemado mi nombre. 6 Por eso mi pueblo conocerá mi nombre el día que yo diga: Heme aquí. Yahvé acaba de anunciar que retirará el cáliz de su cólera de las manos de Jerusalén, y por eso el profeta, exultante, la invita a revestirse de los atuendos de gran señora, como esposa de Yahvé (v.1). Jerusalén, en virtud de la copa embriagadora de la ira divina, había quedado vacilante, sin
fuerza y sin esplendor externo que la dignificase. Pero todo esto ha pasado ya, y es hora de que vuelva a su antigua prestancia,
como pueblo elegido de Dios entre todos los otros. Es la ciudad de las promesas. Las
bellas vestiduras están en contraposición con lo que se dice de Babilonia la opresora, la cual se ve obligada a hacer oficios de esclava. Jerusalén se verá libre del
incircunciso y el inmundo, e.d., los paganos, profanadores de sus atrios sagrados 2. Nadie con intenciones hostiles formará parte de la gloriosa teocracia mesiánica. Se la invita enfáticamente a dejar todo lo que la una a la tierra que la tiene cautiva:
Sacúdete el polvo (v.2). Va a quedar libre totalmente, y por eso debe desatar las
ligaduras que sujetaban su
cuello de prisionera.
Jerusalén no ha sido vendida por precio, sino
de balde (v.3); es decir, ha sido transferida temporalmente, de modo que Yahvé conservaba sus derechos para reclamarla de nuevo; por eso sin
precio será
rescatada. En realidad, lo que mueve a Yahvé a rescatar a Israel
es el celo de su nombre. Las calamidades que han caído sobre Israel comprometen el honor de su Dios nacional. Yahvé finge un coloquio consigo mismo para justificar su liberación de Babilonia: en otro tiempo, Israel había estado oprimido
sin razón (v.4) por Asiría, ya que ésta no tenía derechos sobre él. Ahora la situación es semejante, y por eso se pregunta:
Ahora, ¿qué hago yo, puesto que ha sido tomado mi pueblo gratis? (v.5). Si antes intervino en favor de su pueblo, con más razón ahora, en que su opresión alcanza límites desmedidos. Sus
dominadores aullan, e.d., se muestran insolentes con su triunfo y agobian al pueblo israelita cautivo 3. Y, sobre todo, está ya comprometido el honor del
nombre de Yahvé, ya que los opresores le consideran impotente para salvar a su pueblo:
es blasfemado mi nombre (v.5). Pero pronto conocerán quién es Yahvé, cuando se presente en su pleno poderío protegiendo y asistiendo a Israel, el cual
conocerá mi nombre el día que yo diga: Heme aquí4.
La buena nueva: canto de liberación (7-10).
7¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la salvación, diciendo a Sión: Reina tu Dios! 8Escucha Tus atalayadores alzan la voz, y todos a una cantan jubilosos, porque ven con sus ojos 5el retorno de Yahvé a Sión. 9Exultad jubilosamente a una, ruinas de Jerusalén, porque se ha apiadado Yahvé de su pueblo, ha rescatado a Jerusalén. 10Yahvé ha desnudado su santo brazo a los ojos de todos los pueblos, y verán todos los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios.
El retorno del exilio es inminente, y el profeta describe gozoso al
mensajero que avanza
por los montes como precursor de la buena nueva de la liberación del exilio, al mismo tiempo que
anuncia la paz y la inauguración de un nuevo reinado de Yahvé sobre su pueblo:
Reina tu Dios (v.7), fórmula calcada sobre las de la antigua proclamación de un rey en Sión 6. Surge una nueva teocracia, en la que Dios será realmente el rey de su pueblo, como Señor de sus corazones. Los centinelas de Jerusalén son los primeros en apercibirse de la llegada del mensajero con las buenas nuevas:
¡Escucha! Tus atalayadores alzan la voz., porque ven el retorno de Yahvé a Sión (v.8). De nuevo Yahvé se ha manifestado en su omnipotencia ante los pueblos gentiles al liberar a su pueblo:
Yahvé ha desnudado su santo brazo (v.10) como un guerrero que se arremanga para herir con más facilidad a sus enemigos.
Invitación a salir de Babilonia (11-12).
11 Retiraos, retiraos, salid de allí, no toquéis nada inmundo. Salid de en medio de ella, purificaos los que lleváis los utensilios de Yahvé. 12 Pero no salgáis a la desbandada, no partáis como fugitivos, porque va Yahvé a vuestro frente, y vuestra retaguardia es el Dios de Israel. Ha llegado el momento del retorno triunfal a Sión(cf. 40,1 o), y el profeta se sitúa mentalmente en Jerusalén, invitándoles a emprender la marcha:
Salid de allí, e.d., de Babilonia. Como han de formar parte del cortejo de Yahvé, deben guardar todas las prescripciones de pureza legal que se exigían para una procesión religiosa (cf. Lev nss):
no toquéis nada inmundo (v.11).
Purificaos: alusión a las abluciones rituales (cf.
1Sa_21:55). Se va a repetir el éxodo por el desierto, y, como entonces, los sacerdotes (
los que lleváis los utensilios de Yahvé, v.11) deben constituir el centro del cortejo, llevando los objetos del culto. Quizá se aluda a los vasos sagrados llevados por Nabucodonosor, los cuales debían retornar a Jerusalén, o sencillamente el profeta concibe el futuro éxodo según el módulo del de Egipto, en el que los sacerdotes y levitas llevaban los utensilios del tabernáculo. Pero la futura peregrinación por el desierto tendrá una protección de Yahvé más íntima, y por eso no deben, como entonces, salir a la
desbandada (v.12). No será un retorno en plan de
fugitivos, sino de invitados a un viaje triunfal bajo la protección de Yahvé, que aquí es presentado como ocupando el
frente y la
retaguardia, abriendo y cerrando la marcha para evitar toda posible sorpresa. En 40:11 se describía el retorno de los israelitas por el desierto como un rebaño con su pastor al frente. Los israelitas, al salir de Egipto, tuvieron que salir por sorpresa, como fugitivos (
Exo_12:39;
Deu_16:3;
Exo_13:21;
Exo_14:19); ahora, en cambio, la perspectiva es mucho más halagüeña, ya que Yahvé conducirá personalmente a su pueblo.
El Siervo de Yahvé, desfigurado (13-15).
13 He aquí que mi Siervo prosperará, será elevado, ensalzado y puesto muy alto. 14 Como de él se pasmaron muchos, tan desfigurado estaba su aspecto, 8 que no parecía ser de hombre, 15así se admirarán muchos pueblos 9, y los reyes cerrarán ante él su boca, porque vieron lo que no se les había contado y comprendieron lo que no habían oído. De nuevo un fragmento sobre el
Siervo de Yahvé, que constituirá como el preludio del cuarto cántico, donde culmina la misión del misterioso personaje del que se ha hablado en otras ocasiones. En estos primeros versículos se adelanta el tema general del cántico, es decir, la contraposición del estado de humillación actual del
Siervo y su futura glorificación. Así, pues, se enuncia simplemente el hecho, sin entrar en detalles.
De un modo enfático
se destaca la futura glorificación del Siervo: prosperara, será elevado. (v.13); la acumulación de verbos para significar lo mismo expresa la certeza de la futura glorificación, a pesar de una primera etapa de humillación. Asentada esta afirmación sobre el triunfo definitivo,
el profeta destaca el estado de humillación que precederá a su glorificación: estará tan desfigurado su rostro por las afrentas, que será objeto de admiración por parte de muchos (v.14), ya que no
parecía ser de hombre. Pero al punto da la otra situación, causa también de admiración y estupor, es decir,
la futura glorificación del Siervo, de la que se
admiraran muchos pueblos, y ni siquiera los reyes se atreverán a proferir palabra (
cerraran ante él su boca, v.15), pasmados ante el espectáculo de algo jamás oído:
vieron lo que no se les había contado (v.15). Será tal la grandeza moral mostrada por el
Siervo y tan grandes los frutos de su humillación, que
muchos pueblos sentirán
una profunda admiración por él.
1 El TM dice lit.
siéntate, Jerusalén. Con un ligero cambio de letras tenemos Jerusalén
cautiva. 2 Cf.
Isa_49:17;
Nah_1:15;
Zac_9:8;
Joe_3:1?· 3 Algunos autores entienden que estos
dominadores son los reyes de Judá, Sedecías y Jeconías, llevados en cautividad, que habían descarriado a su pueblo. Pero parece que el contexto favorece la interpretación que ve en ellos a los babilonios. 4 Otros traducen: En este día sabrá (mi pueblo) quién es el que dice: He aquí, aludiendo a las profecías. Así Gondamin. 5 Lit. en hebreo ojo a ojo. 6
Cf.
2Sa_15:10;
2Re_9:13. 8 El texto original es oscuro; por eso las traducciones son diversas: Cuántos se horrorizarán ante él, pues desfiguración sin parecido humano ofrece su aspecto, y su figura no es como la de los hijos de los hombres (Cantera). Dennefeld: Lo mismo que muchos han sentido estupor a propósito de él, de tal modo su rostro no era de hombre y su aspecto no tenía así de humano. En el TM se dice de ti en vez de
él; pero corregimos siguiendo el Targum por exigencias del contexto. 9 Así según los LXX. La Vg.: Iste
asperget gentes multas, dando al verbo
nazah el sentido que tiene en
Lev_4:6;
Num_19:18.