Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
20. Jeremías, encarcelado, se queja a Yahvé.
Dos partes se distinguen en este capítulo:
a) se relatan los hechos que siguieron al discurso del profeta en el atrio del templo (1-6);
b) Jeremías se desahoga ante Dios por la dura misión a él confiada (7-18). Esta sección segunda está en verso, mientras que la primera está en prosa.
Encarcelamiento del profeta (1-6).
1 Y Pasjur, sacerdote, hijo de Immer, que era inspector jefe de la casa de Yahvé, oyó a Jeremías vaticinando estas cosas, 2 e hizo azotar a Jeremías, profeta, y ponerle en el cepo que hay en la puerta superior de Benjamín, junto a la casa de Yahvé. 3 Y cuando a la mañana siguiente sacó Pasjur a Jeremías del cepo, le dijo éste: No te llama Yahvé Pasjur, sino Magor-misabib. 4 Pues así dice Yahvé: He aquí que te traeré el terror a ti y a todos tus amigos. Y caerán a la espada de sus enemigos a tus propios ojos, y entregaré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, adonde los llevará cautivos y los hará morir a espada. 5 Y daré todos los bienes de esta ciudad, todas sus ganancias, todas sus preciosidades y todos los tesoros de los reyes de Judá en mano de sus enemigos, que los saquearán y se apoderarán de ellos y se los llevarán a Babilonia. 6 Y tú, Pasjur, con todos cuantos habitan en tu casa, iréis a la cautividad a Babilonia, y allí moriréis y seréis sepultados tú y todos tus amigos, a quienes profetizaste mentiras. En este incidente, lleno de verismo, podemos ver la tragedia íntima de Jeremías, que, incomprendido, es considerado como traidor a su pueblo y encarcelado.
Pasjur era un nombre no raro en su tiempo1. Era de la clase sacerdotal,
hijo de Immer, cuya descendencia constituía la decimosexta clase de sacerdotes2. Después del exilio aparece una familia sacerdotal numerosa con este nombre 3. Era
inspector jefe del templo4, encargado quizá de los servicios de policía del mismo5. Este, que aparece como seudoprofeta después, quiere dar una lección punitiva a Jeremías para que no continúe sus predicciones siniestras, desmoralizando al pueblo, que está ilusionado con resistir a los babilonios apoyado por supuestas alianzas egipcias. Le manda poner en el
cepo, instrumento de tortura que por la palabra hebrea empleada parece indicar extorsión dé miembros. Quizá se sujetara a la víctima inclinada con las manos y pies a un tronco de madera 6.
La puerta superior de Benjamín debía de estar al norte de la ciudad, mirando hacia el territorio de la tribu de Benjamín. Se la llama
puerta superior para distinguirla de otra
puerta de Benjamín que estaba más al occidente, hacia el Tiro-peón 7.
Al día siguiente de ser libertado, Jeremías severamente le anuncia un castigo. La profecía desventurada que le anuncia la basa en un cambio de nombre de
Pasjur, que en adelante se llamará
Magor-misabib, que quiere decir Terror por doquier o alrededor. Quizá haya un juego de palabras entre los dos nombres, pero no sabemos el significado de
Pasjur. Probablemente el nuevo nombre ha sido escogido imaginariamente por Jeremías para expresar la desventura que espera al tirano
Pasjur, como antes cambió el nombre de
Tofet en
valle de la Mortandad en función de las escenas de muerte que en él habían de tener lugar. El nuevo nombre puesto al jefe inspector del templo indicaría el extremo pavor de que será presa él y sus
amigos cuando se vean en la apretura del asedio y después camino del destierro, donde morirán irremisiblemente (v.6).
Quejas del profeta (7-13).
1 Tú me sedujiste, ¡oh Yahvé! y yo me dejé seducir. Tú eras el más fuerte, y fui vencido. Ahora soy todo el día la irrisión, la burla de todo el mundo. 8 Pues siempre que hablo tengo que gritar, tengo que clamar: ¡Ruina y devastación! Y todo el día la palabra de Yahvé es oprobio y vergüenza para mí. 9 Y aunque me dije: No me acordaré de él, no volveré a hablar en su nombre, es dentro de mí como fuego abrasador, encerrado dentro de mis huesos, y me he fatigado por soportarlo, pero no puedo. 10 Pues he oído calumnias de muchos: ¡Terror por doquier! Delatadle, delatémosle8. Todos mis amigos9 acechan mi traspié: ¡Quizá se deje seducir! y podamos con él, ¡y nos vengaremos de él! 11 Pero Yahvé está conmigo como fuerte guerrero; por eso mis perseguidores tropezarán y no triunfarán, serán enteramente confundidos, porque no prosperaron, con perpetua ignominia, que nunca se olvidará. 12 Mas, ¡oh Yahvé de los ejércitos! tú que pruebas al justo y penetras los ríñones y el corazón, que vea yo tu venganza contra ellos, pues a ti te he encomendado mi causa. 13 Cantad a Yahvé, alabad a Yahvé, pues libra el alma del pobre de la mano de los malvados. La misión de Jeremías es tan dura e ingrata, que su alma ya no puede soportarla por más tiempo, y por eso de nuevo desahoga su alma, quejándose a Dios por haberle puesto tan pesada carga, que él no ha buscado. En toda su misión no ha cosechado sino escarnios y afrentas. En su desesperación acusa el profeta a Yahvé de haberle engañador
Tú me sedujiste, y
me dejé seducir (v.7). Cuando era joven inexperto, le cargó con una misión que ahora no aceptaría. Se ha aprovechado, pues, de su inexperiencia 10. La frase es fuerte y radical, al estilo oriental. Lejos de buscar el matiz, que nosotros expresaríamos diciendo: Me persuadiste, se expresa con frases radicales para resaltar más el contraste de la idea. Lo que quiere el profeta destacar es lo ingrato de su misión de intérprete de los designios punitivos de Yahvé sobre su pueblo. Voluntariamente no se hubiera ofrecido para ello, y sólo por la imposición divina lo aceptó:
Tú eras el mas fuerte, y fui vencido. Por otra parte, sus vaticinios, al retrasarse su cumplimiento, son considerados por sus contemporáneos como lucubraciones de su imaginación, y con ello se convierte en objeto de burla e
irrisión (7b). Su misión ha sido siempre ingrata, ya que no le toca anunciar cosas agradables, sino
ruina y devastación para su pueblo (v.8). Con ello tiene que presentarse ante sus conciudadanos como traidor y enemigo de los intereses de su pueblo:
la palabra de Yahvé es oprobio y vergüenza para mí (v.8b). Es tan dura e ingrata su misión, que en algunos momentos, desfallecido, quiso substraerse a su cumplimiento (
Y aunque me dije: No me acordaré de él, no volveré a hablar en su nombre., v.9), sin embargo, la imposición divina le ha vencido, pues el callar el mensaje divino le era un tormento mayor, ya que sentía en sus entrañas como
un fuego abrasador, que penetraba hasta sus
huesos y se le hacía insoportable. En otras ocasiones dice que estaba lleno de la cólera divina. Estos desahogos de Jeremías muestran cómo las profecías verdaderas no son fruto de reflexiones personales de los profetas, pues hablan contra lo que ellos quisieran decir si se dejaran llevar de sus sentimientos humanos 12. Sienten que son instrumentos de algo superior a lo que no pueden substraerse.
A continuación refleja la conducta de sus adversarios, que buscan una ocasión de denunciarle (v.10). La frase
terror por doquier es considerada generalmente como glosa redaccional posterior, tomada del í.3. Incluso sus
amigos (lit. los hombres de mi paz, es decir, con los que vive en paz) le
acechan, esperando un
traspié. Le habían abandonado, y, aunque se mostraban corteses exteriormente, sin embargo, hacían causa común contra el.
Jeremías, por toda respuesta, hace un acto de confianza en Yahvé.
Se siente bajo la protección de su Dios, que le ha enviado, y esto le da fuerza contra todo. En realidad, Yahvé es un
fuerte guerrero que está a su lado, y, por tanto, desbaratará los planes de sus
perseguidores, que serán
confundidos al verse fracasados en sus planes de eliminarle. Yahvé es en realidad el que conoce los secretos de los
ríñones y el corazón (v.12), e.d., los íntimos pensamientos urdidos en la zona misteriosa de la conciencia humana; por eso debe conocer las tramas injustas de sus enemigos. El profeta, en una confesión muy humana, desea ser testigo del castigo sobre sus perseguidores,
y confía su causa judicial a Dios mismo. Este v.12 y el 13 tienen un carácter netamente salmódico, y quizá sean obra de un redactor de la época sapiencial.
Imprecaciones del profeta (14-18).
14 Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me parió no sea bendito. 15 Maldito el hombre que alegre anunció a mi padre: Te ha nacido un hijo varón, llenándole de gozo. 16 Sea ese hombre como las ciudades que Yahvé destruyó sin compasión, donde por la mañana se oyen gritos, y al mediodía alaridos. 17 ¿Por qué no me mató en el seno materno, y hubiera sido mi madre mi sepulcro, y yo preñez eterna de sus entrañas? 18 ¿Por qué salí del seno materno para no ver sino trabajo y dolor y acabar mis días en la afrenta ? La belleza incomparable de este fragmento se sobrepone al efecto que en el lector pudiera evocar el radicalismo de los deseos y afirmaciones del profeta. La reacción del profeta parece desesperante, y es un
crescendo sobre lo anterior, en que culpa a Dios de su tragedia. Se halla sumergido en un profundo aburrimiento de vivir; quisiera no haber nacido. Las frases son cortantes y absolutas y reflejan la situación de su alma, angustiada y apesadumbrada por tanta desventura. Su debilidad humana aparece descrita con honesta desnudez. La falta de luces sobre una vida de ultratumba explica ese estado de desesperación, incomprensible en nuestra sensibilidad cristiana. La sobrenaturalización del dolor en su sentido de purificador de las propias faltas y aun redentivo de las ajenas es una adquisición del í. Ô. á nosotros, ante tales desahogos humanos del profeta, no nos queda sino respetar el drama íntimo de un alma grande purificada y fortalecida por el sufrimiento 17. Se puede admitir la hipérbole en las crudas expresiones del profeta 14. Sus expresiones, reflejo de un alma dolorida en extremo, no han de tomarse al pie de la letra, sino como eco de su profunda e íntima tragedia. Sus invectivas son figuras retóricas admitidas en las literaturas universales.
Como su vida no ha sido sino una cadena ininterrumpida de dolores, se pregunta enfáticamente si no hubiera sido mejor no haber nacido:
Maldito el día en que nací (v.14). Sus imprecaciones son expresiones de
dolor, no de odio:
Maldito el hombre que alegre anunció a mi padre: Te ha nacido un varón (v.15). La alegría natural que proporciona la aparición de un vastago masculino no tiene razón de ser en su nacimiento, ya que es el principio de las desdichas. Entre los orientales, el nacimiento de un varón tiene un sentido de regocijo inmenso, pues es un motivo de orgullo entre los del propio clan. Es el fruto pleno de la bendición de Dios. En cambio, el nacimiento de una niña es recibido con frialdad y resignación 15. El mensajero de quien habla el profeta es creado ficticiamente para hacerle objeto de las invectivas. En su deseo de no haber nacido, hubiera querido que el mensajero de la nueva alegre de su nacimiento hubiera desaparecido como
las ciudades que Yahvé destruyó (v.16), e.d., Sodoma y Gomorra, cuyo castigo quedó como ejemplo de exterminio total en la literatura bíblica 16. Todo en ellas es terror y sobresalto:
por la mañana se oyen gritos, y al mediodía alaridos (v.16). De nuevo vuelve a expresar el tedio de haber nacido (v.17-15). Las expresiones han de entenderse en su alcance retórico, sin que ellas impliquen deseo efectivo de lo expresado en ellas 17. Su vida era tan triste, que no merecía haberse vivido.
1 Cf.
Jer_21:1. 2 Cf. i Crón 24:14- 3 Cf.
Esd_2:37;
Neh_7:40. 4 Cf.
Jer_28:25-26;
Jer_29:26. 5 Cf. i Crón 263; 2 Crón 27:14:
2Cr_23:19;
2Cr_8:14. 6 Cf.
Job_13:27. 7 Cf.
Jer_37:12;
Jer_37:38,
Jer_37:7. 8 Otros traducen: anunciadlo. 9 Lit. todo el que me saluda, 10 Cf.
Jer_1:6. 11 Cf.
Jer_15:17;
Jer_4:19-21. 12 Cf.
2Pe_1:21. 13 Vittonato,
II libro di Geremia p.252. 14
In leremiam Prophetam, ad locum. 15 Cf. Jaussen,
Coutumes Palestiniennes I (Naplouse) p.ags. 16 Cf.
Gen_19:21;
Gen_25:19;
Isa_1:9. 17 Cf.
Job_10:18;
1Ma_2:7;
Eco_30:17.