I Reyes 12, 26-30

Y pensó para sus adentros: Todavía puede volver el reino a la casa de David. Si la gente sigue yendo a Jerusalén para hacer sacrificios en el templo del Señor, terminarán poniéndose de parte de su señor, Roboán, rey de Judá. Me matarán y volverán a unirse a Roboán, rey de Judá. Después de aconsejarse, el rey hizo dos terneros de oro y dijo a la gente:
–¡Ya está bien de subir a Jerusalén! ¡Éste es tu dios, Israel, el que te sacó de Egipto! Luego colocó un ternero en Betel y el otro en Dan. Esto incitó a pecar a Israel, porque unos iban a Betel y otros a Dan.
Ver contexto