Deuteronomio  14, 22-29


Diezmos y remisión
Nm 18,20-32

»Todos los años apartarás la décima parte de los productos de tus campos y comerás en presencia del Señor, tu Dios, en el lugar que se elija por morada de su Nombre, el diezmo de tu trigo, tu mosto y tu aceite y los primogénitos de tus reses y ovejas, para que aprendas a respetar al Señor, tu Dios, mientras te dure la vida. Si te resulta demasiado largo el camino y no puedes transportar el diezmo, porque te ha bendecido el Señor, tu Dios, y porque te queda lejos el lugar que haya elegido el Señor para poner en él su Nombre, lo venderás, meterás el dinero en una bolsa y lo llevarás al lugar que elija el Señor, tu Dios. Allí compra lo que desees: reses, ovejas, vino, licores, todo lo que te pida el apetito, y lo comerás en la presencia del Señor, disfrutando tú y los tuyos. Pero no descuides al levita de tu vecindad, porque a él no le tocó nada en el reparto de la herencia. »Cada tres años apartarás la décima parte de la cosecha de ese año y lo depositarás a las puertas de la ciudad. Así, vendrá el levita, que no se benefició contigo en el reparto de la herencia, el emigrante, el huérfano y la viuda que viven en tu vecindad, y comerán hasta hartarse. Así, te bendecirá el Señor tu Dios en todas las tareas que emprendas.
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