Deuteronomio  7, 12-26


Beneficios de la obediencia
28,1-14; Lv 26,3-13

»Si escuchas estos decretos y los mantienes y los cumples, también el Señor, tu Dios, te mantendrá la alianza y el favor que prometió a tus padres. Te amará, te bendecirá y te hará crecer; bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tus tierras: tu trigo, tu mosto y tu aceite; las crías de tus vacas y el parto de tus ovejas, en la tierra que te dará como prometió a tus padres. Serás bendito entre todos los pueblos; no habrá estéril ni impotente entre los tuyos ni en tu ganado. El Señor desviará de ti la enfermedad; no te mandará jamás epidemias malignas, como aquellas que conoces de Egipto, sino que afligirá con ellas a los que te odian. »Devora a todos los pueblos que te entregue el Señor. No tengas compasión de ellos ni des culto a sus dioses, porque serán una trampa para ti. »Si alguna vez se te ocurre pensar: Estos pueblos son más numerosos que yo, ¿cómo podré desalojarlos?, no les temas; recuerda lo que hizo el Señor con el faraón y con Egipto entero. Las pruebas tremendas que vieron tus ojos, los signos y prodigios, la mano fuerte y el brazo extendido con que te sacó el Señor, tu Dios; así hará el Señor, tu Dios, con todos los pueblos que te asustan. El Señor mandará pánico contra ellos, hasta aniquilar a los que queden escondiéndose de ti. No les tengas miedo, que el Señor está en medio de ti, tu Dios, un Dios grande y terrible. »El Señor, tu Dios, irá expulsando esos pueblos poco a poco. No podrás terminar con ellos rápidamente, no sea que las bestias feroces se multipliquen contra ti. El Señor, tu Dios, los entregará ante ti, sembrando en sus filas el pánico, hasta destruirlos. Entregará a sus reyes en tu poder, y tú harás desaparecer su nombre bajo el cielo. No habrá quien se te resista, hasta que los destruyas a todos. »Quemarás las imágenes de sus dioses. No codicies el oro ni la plata que los recubre, ni te lo apropies; así no caerás en su trampa. Mira que son abominación para el Señor, tu Dios. No metas en tu casa nada abominable, porque serás consagrado al exterminio como esas cosas. Aborrécelas y detéstalas, porque están consagradas al exterminio.
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