Isaías 44, 1-8


Dios consuela a su pueblo

Y ahora escucha,
Jacob, siervo mío;
Israel, mi elegido: Así dice el Señor que te hizo,
que te formó en el vientre
y te auxilia:
No temas, siervo mío,
Jacob, mi cariño, mi elegido; voy a derramar agua
sobre el suelo sediento
y torrentes en la tierra seca;
voy a derramar mi aliento
sobre tu descendencia
y mi bendición sobre tus retoños. Crecerán como hierba
junto a la fuente,
como sauces junto a las acequias. Uno dirá: Soy del Señor;
otro se pondrá el nombre de Jacob;
uno se tatuará en el brazo:
Del Señor, y se apellidará Israel. Así dice el Señor, Rey de Israel,
su redentor, el Señor Todopoderoso:
Yo soy el primero y yo soy el último;
fuera de mí no hay dios. ¿Quién se parece a mí?, que hable,
que lo explique y me lo exponga.
¿Quién anunció
de antemano el porvenir,
quién nos predice
lo que ha de suceder? No teman, no tiemblen:
¿no lo anuncié
y lo predije por adelantado?
Ustedes son testigos:
¿Hay un dios fuera de mí?
No existe roca que yo no conozca.
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