Jeremías  15, 5-9


Poema sobre Jerusalén

¿Quién se apiada de ti, Jerusalén,
quién te compadece?
¿Quién se aparta de su camino
para preguntar cómo estás? Tú me rechazaste, te echaste atrás
– oráculo del Señor– ,
y yo tendí la mano para aniquilarte;
cansado de compadecer, los he dispersado con la horquilla
por las ciudades del país;
dejé sin hijos, destruí a mi pueblo,
y no se convirtieron de su conducta. Las viudas que dejé
eran como la arena de la playa,
conduje en pleno día un devastador
contra la madre y el joven,
les metí de repente
pánico y turbación, la madre de siete hijos
desfallecía exhalando el alma,
se le ponía el sol de día
y quedaba desconcertada,
el resto lo entregaré
a la espada enemiga
– oráculo del Señor– .
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