Levítico 15, 19-31

»La mujer, cuando tenga su menstruación, quedará manchada durante siete días. El que la toque quedará impuro hasta la tarde. El sitio donde se acueste o donde se siente, mientras está manchada, quedará impuro. El que toque su casa lavará sus vestiduras, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. El que toque el asiento que usó, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. Si está ella sobre la cama o el asiento, el que los toque quedará impuro hasta la tarde. Si un hombre se acuesta con ella, pasará también a él la mancha: quedará impuro durante siete días, y dejará impura la cama en que se acueste. »Cuando una mujer tenga hemorragias frecuentes fuera o después de la menstruación, quedará impura, como en la menstruación, mientras le duren las hemorragias. La cama en que se acueste mientras le duran las hemorragias, quedará impura, lo mismo que en la menstruación. El asiento en que se siente quedará impuro. El que los toque quedará impuro. Lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. Si sana de sus hemorragias, contará siete días y después quedará pura. El octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones de paloma, los presentará al sacerdote, a la entrada de la tienda del encuentro. El sacerdote ofrecerá uno en sacrificio expiatorio y otro en holocausto. Así realiza la expiación por ella, por la impureza de sus hemorragias ante el Señor. Ustedes deberán prevenir a los israelitas de la impureza, para que no mueran a causa de ella, por haber profanado mi morada que está en medio de ustedes.
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