Marcos 1, 29-39


Sanaciones
Mt 8,14-16; Lc 4,38-41

Después salió de la sinagoga y con Santiago y Juan se dirigió a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo comunicaron inmediatamente. Él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al atardecer, cuando se puso el sol, le llevaron toda clase de enfermos y endemoniados. Toda la población se agolpaba a la puerta. Él sanó a muchos enfermos de dolencias diversas y expulsó muchos demonios, pero a éstos no les permitía hablar, porque sabían quién era él.

Oración y predicación de Jesús
Lc 4,42-44

Muy de madrugada se levantó, salió y se dirigió a un lugar despoblado, donde estuvo orando. Simón y sus compañeros salieron tras él y cuando lo alcanzaron, le dijeron:
– Todos te están buscando. Les respondió:
– Vámonos de aquí a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues a eso he venido. Y fue predicando en las sinagogas de toda Galilea y expulsando demonios.
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