Mateo 20, 1-15


Los jornaleros de la viña

El reino de los cielos se parece a un hacendado que salió de mañana a contratar trabajadores para su viña. Cerró trato con ellos en un denario al día y los envió a su viña. Volvió a salir a media mañana, vio en la plaza a otros que no tenían trabajo y les dijo: Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo debido. Ellos se fueron. Volvió a salir a mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Al caer de la tarde salió, encontró otros que no tenían trabajo y les dijo: ¿Qué hacen aquí ociosos todo el día sin trabajar? Le contestan: Nadie nos ha contratado. Y él les dice: Vayan también ustedes a mi viña. Al anochecer, el dueño de la viña dijo al capataz: Reúne a los trabajadores y págales su jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros. Pasaron los del atardecer y recibieron su jornal. Cuando llegaron los primeros, esperaban recibir más; pero también ellos recibieron la misma paga. Al recibirlo, se quejaron contra el hacendado: Estos últimos han trabajado una hora y les has pagado igual que a nosotros, que hemos soportado la fatiga y el calor del día. Él contestó a uno de ellos: Amigo, no estoy siendo injusto; ¿no habíamos cerrado trato en un denario? Entonces toma lo tuyo y vete. Que yo quiero dar al último lo mismo que a ti. ¿O no puedo yo disponer de mis bienes como me parezca? ¿Por qué tomas a mal que yo sea generoso?
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