Numeros  21, 4-9


Serpientes
Sab 16,5-14; 2 Re 18,4

Desde Monte Hor se encaminaron hacia el Mar Rojo, rodeando el territorio de Edom. El pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés:
–¿Por qué nos has sacado de Egipto, para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan insípido. El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
– Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes.
Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió:
– Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla. Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.
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