Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
17. La Proximidad de la Muerte.
S iguiendo la idea de que su vida se acaba, Job vuelve a resaltar sus dolores en medio de la incomprensión de sus amigos. Es el ludibrio de las gentes; la vida se desvaneció, y sólo queda el sepulcro como próxima morada, donde serán los gusanos su madre y sus hermanos.
La incomprensión de los amigos (1-6).
1
Mi espíritu se extingue, mis días se acaban, sólo me queda el sepulcro. 2
¿No soy objeto de mofa, y mis ojos no pasan entre amarguras la noche? 3
Depositada, pues, mi fianza junto a ti, ¿quién entonces habría de tocar mi mano? 4
Has cerrado su mente al conocimiento1
, pero no dejarás que prevalezcan. 5
¡Invita uno a sus amigos a la presa, mientras desfallecen los ojos de sus hijos! 6
Me ha hecho la fábula de las gentes, soy como aquel a quien se le escupe en la cara. Urge la venida
de su Defensor, pues su vida se consume por momentos, y apenas queda ya esperar, pues sólo le queda si no interviene Dios milagrosamente el sepulcro. Entre sus amigos
no encuentra apoyo moral, ya que más bien es objeto de desprecio y de mofa; por esto, en las noches largas se consume en la triste meditación y en la amargura (v.2). Nadie quiere garantizar la rectitud de vida de Job; en consecuencia, su única fianza es su propia vida doliente y extenuada; pero, con todo,
suplica a Dios que la tome como fianza de su rectitud para que actúe en su favor. No hay nadie que quiera tocar su mano, ofreciéndole apoyo y garantía. Entre los hebreos, el acto de tocar la mano de alguno equivalía a salir garante de éste ante la sociedad 2. Job no encuentra a nadie que responda por él, y por eso presenta a Dios como fianza sus dolores y miserias, esperando moverle a compasión.
En realidad, sus amigos hablan así porque no entienden el sentido profundo de sus sufrimientos; se han limitado a aplicar a su caso sus teóricas concepciones. Dios, pues, les ha negado la sabiduría, cerrándoles la mente al conocimiento (v.4). En este actuar desprovisto de toda inteligencia se parecen a los que invitan a sus amigos a la presa o banquete, mientras que a los hijos se les deja desfallecer de hambre (v.5). La prodigalidad con los primeros contrasta con la mezquindad para con los que tienen particular obligación. Los amigos de Job, antes de dar consejo a los demás, deben primero curarse a sí mismos y ver si sus teorías sobre la correspondencia entre el sufrimiento y el pecado son verdaderas.
Job se encuentra, pues, no sólo abandonado de los suyos, sino que es objeto de befa, convirtiéndose en la fábula o caso proverbial entre todos los de su tierra. Es el castigado por Dios, y, en consecuencia, aquel a quien se le puede impunemente despreciar, escupiéndole en la cara (v.6).
La tristeza invade el espíritu de Job (7-12).
7
Mis ojos se consumen de tristeza, y mis miembros se desvanecen como la sombra 3
. 8
Y pásmanse de ello los rectos, y los inocentes se indignan contra el perverso; 9
pero el justo persevera en su camino,y el que tiene las manos limpias redobla su energía. 10
Mas vosotros todos volved y llegaos, que no hallaré un sabio entre vosotros. 11
Pasaron mis días, se desvanecieron mis proyectos, los deseos de mi corazón. 12
La noche me la convierten en día, y de las tinieblas (prometen) próxima luz 4
. Los sufrimientos agotan la resistencia física del infortunado varón de Hus, y sus ojos empiezan a cerrarse, corno si estuviera ya en avanzada vejez; la fuerza de sus miembros se desvanece con la celeridad de la sombra que pasa (v.7). Ante su triste situación se escandalizan los rectos, indignándose ante la prosperidad y buena salud del perverso; pero la conducta del justo ultrajado sigue perseverante por el camino de la virtud. La conciencia de ser inocente, de tener las manos limpias en su actuación cotidiana, le da ánimos y energía para continuar en su intachable conducta. Pero los amigos de Job no han sabido apreciar su virtud en el sufrimiento, y los invita a reconsiderar su caso (v.10) para buscar una nueva solución, aunque tiene el presentimiento de que no va a encontrar un sabio entre ellos.
De nuevo declara Job la brevedad de su vida:
todas sus ilusiones se han desvanecido, y con ellas los vanos deseos. Las agitaciones de su espíritu y los proyectos optimistas le han convertido muchas veces la noche en día y las tinieblas en luz (v.12). Pero en el fondo todo ha sido vana ilusión; la realidad de su existencia tiene más de tinieblas que de luz, más de noche que de día.
Sólo queda la morada del sepulcro (13-16).
13
¿Qué puedo yo esperar? El sepulcro será mi morada, en las tinieblas he extendido mi lecho. 14
A la fosa grité: ¡Tú eres mi padre! Y a los gusanos: ¡Mi madre y mis hermanos! 15
¿Dónde está mi esperanza? Y mi dicha, ¿quién la divisa? 16
¿Van a bajar a mi lado al sepulcro? ¿Nos vamos a hundir juntos en el polvo? En la situación actual si Dios no interviene milagrosamente en su favor, sobre lo que tiene alguna ilusión ya no le toca esperar otra cosa que el sepulcro como morada definitiva; allí tendrá su lecho" de muerte, y por compañía familiar tendrá a la fosa y los gusanos. Las expresiones son enérgicas: los seres queridos le son arrebatados, y ahora tiene que sustituirlos por lo más abierto de la tierra. Con él bajarán al sepulcro su esperanza y su dicha para hundirse tristemente en el polvo (v.16).
1 Lit. el TM: Has privado nú corazón de raciocinio'). El corazón es el asiento de las acciones intelectuales según la mentalidad hebrea. 2 Cf. Provó.1; 17:18; 22:26. 3 Así según una corrección comúnmente admitida, leyendo kalim en vez de kulam. 4 Dhorme: la luz es más próxima que las tinieblas.