I Timoteo 4, 12-14

Que nadie te tenga en menos por tu juventud; al contrario, procura ser ejemplo de todos los creyentes en la palabra, en la conducta, en el amor, en la fe, en la pureza. Mientras llego, dedícate a la lectura, a la exhortación, a la enseñanza. No descuides el don que hay en ti y que se te confirió por la imposición de manos del colegio presbiteral en virtud de la intervención profética.
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