II Corintios 8, 16-21

Gracias sean dadas a Dios, que ha puesto en el corazón de Tito la misma solicitud por vosotros; pues, además de acoger bien nuestro ruego, estando llenos de entusiasmo, se dirige a vosotros por propia iniciativa. También enviamos con él el hermano que es elogiado en todas las Iglesias a propósito del Evangelio. Y no sólo esto, sino que también fue elegido por votación de las Iglesias como compañero nuestro de viaje en esta obra de la gracia, obra administrada por nosotros para gloria del Señor y en testimonio de nuestra buena voluntad. Así evitamos que nadie nos pueda criticar en esta abundante colecta, administrada por nosotros. Pues procuramos hacer lo que es bueno, no sólo ante el Señor, sino también ante los hombres (Prov 3,4).
Ver contexto