Hechos 5, 12-16

Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales y prodigios en el pueblo, y estaban todos unánimemente en el pórtico de Salomón. De los demás, nadie se atrevía a mezclarse con ellos; pero el pueblo los tenía en gran estima. Cada día se agregaban nuevos creyentes en el Señor, multitud de hombres y de mujeres, hasta el extremo de sacar los enfermos a las plazas y ponerlos sobre lechos y camillas, para que, al paso de Pedro, siquiera su sombra cubriera a alguno de ellos. Concurría también muchedumbre de gentes de los alrededores de Jerusalén llevando enfermos y atormentados por espíritus impuros, los cuales eran curados todos.
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