Genesis 21, 15-17

Cuando se acabó el agua del odre, dejó al niño bajo un arbusto, y fue a sentarse enfrente a la distancia de un tiro de arco, porque decía: No quiero ver morir al niño. Sentóse enfrente y lloró, a gritos. Oyó Dios la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: ¿Qué te ocurre, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado la voz del niño desde el lugar donde él está.
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