Numeros  14, 26-35

Habló Yahvéh a Moisés y a Aarón, diciéndoles: ¿Hasta cuándo esta comunidad perversa, estas gentes, estarán murmurando contra mí? He escuchado esas murmuraciones que contra mí profieren los hijos de Israel. Diles: Vivo yo -oráculo de Yahvéh -, que os trataré según las mismas palabras que habéis hablado a mis oídos. Vuestros cadáveres quedarán tendidos en este desierto; y de todos vosotros, los inscritos en el censo, los que fuisteis contados de veinte años para arriba, y que habéis murmurado contra mí, ninguno entrará en la tierra que, con la mano en alto, juré daros por morada, a excepción de Kaleb, hijo de Yefunné, y de Josué, hijo de Nun. Pero a vuestros pequeñuelos, de los que habéis dicho que servirían de botín, yo les haré entrar, y ellos conocerán el país que vosotros habéis despreciado. Cuanto a vosotros, en este desierto quedarán tendidos vuestros cadáveres; y vuestros hijos andarán como pastores por el desierto durante cuarenta años, y cargarán con el peso de vuestras infidelidades, hasta que vuestros cadáveres desaparezcan en el desierto. Cuantos fueron los días que empleasteis en explorar el país, cuarenta días, tantos serán los años que cargaréis con el peso de vuestras iniquidades: cuarenta años, un año por día. Así experimentaréis lo que es apartarse de mí. Yo, Yahvéh, yo lo he dicho. ¿Acaso no procederé yo así contra toda esta comunidad perversa que se ha coaligado contra mí? En este desierto desaparecerán y aquí han de morir.
Ver contexto