Romanos  5, 6-12

Efectivamente, cuando todavía estábamos desvalidos, Cristo murió, a su tiempo, por los impíos. Y la verdad es que apenas hay quien muera por un justo; por un hombre bueno quizás haya alguien que se atreva a morir. Pero Dios muestra en esto el amor que nos tiene: en que siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros. Con mucha más razón, por consiguiente, ahora que por su sangre hemos sido justificados, por mediación de él seremos salvados de la ira. Porque, si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo, con mucha más razón, una vez reconciliados, seremos salvados por su vida. Y no sólo esto; sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por medio del cual hemos recibido ahora la reconciliación. Por esta razón, como por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte; y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron
Ver contexto