Nehemías 9, 1-5

° El día veinticuatro de aquel mismo mes se reunieron los hijos de Israel para hacer ayuno, vestidos de saco y cubiertos de polvo. Los de la raza de los hijos de Israel se separaron de todos los extranjeros, se presentaron y confesaron sus pecados y las iniquidades de sus padres. De pie, cada uno desde su sitio, leyeron el libro de la ley del Señor, su Dios, durante tres horas. Después, en otras tres horas confesaron sus pecados y adoraron al Señor, su Dios. A continuación subieron a la tribuna de los levitas Josué, Baní, Cadmiel, Sebanías, Buní, Serebías y Quenaní, y clamaron en alta voz al Señor, su Dios. Y los levitas Josué, Cadmiel, Baní, Jasabnías, Serebías, Hodiyías, Sebanías y Petajías dijeron: «¡Poneos en pie y bendecid al Señor, vuestro Dios, desde siempre y por siempre! ¡Bendito sea tu nombre glorioso, que supera toda bendición y alabanza!».
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