Eclesiástico 15, 1-10

Así obra el que teme al Señor, | el que observa la ley alcanza la sabiduría. Ella le sale al encuentro como una madre | y lo acoge como una joven esposa. Lo alimenta con pan de inteligencia | y le da a beber agua de sabiduría. Si se apoya en ella, no vacilará, | si se aferra a ella, no quedará defraudado. Ella lo ensalzará sobre sus compañeros | y en medio de la asamblea le abrirá la boca. Encontrará gozo y corona de júbilo, | y un nombre eterno recibirá en herencia. Jamás la alcanzarán los insensatos | y los pecadores nunca la verán. Está lejos de los orgullosos, | y los mentirosos nunca se acuerdan de ella. En la boca del pecador no cabe la alabanza, | porque el Señor no se la ha concedido. Pues la alabanza se proclama con sabiduría, | y es el Señor quien la inspira.
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