Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
27. Invitación a la sumisión a Babilonia.
Los c.27-29 parecen guardar cierta unidad literaria, tanto por la materia de que tratan (la lucha de Jeremías contra las falsas pretensiones de los falsos profetas) como por ciertas peculiaridades redaccionales. La misma ortografía de los nombres propios tiene un sello especial. El texto griego difiere mucho del texto masorético1. Los hechos parecen desarrollarse más tarde, en tiempos de Sedecías, cuando ya había tenido lugar la primera deportación masiva, en el 598. Había una esperanza general de ver el retorno de los exilados, y los falsos profetas anunciaban de parte de Yahvé tan venturoso acontecimiento. Jeremías, sin embargo, tiene que hacer frente a tales vanas esperanzas. La realidad va a ser muy otra. Dios ha decidido entregar la Tierra Santa al instrumento de su justicia, Nabucodonosor, y es preciso que se acate esta realidad como mal menor; de lo contrario, las consecuencias serán más trágicas, ya que desaparecerá la nación como tal. Con el advenimiento al trono egipcio de Psamético (594) resucitaron las esperanzas nacionalistas entre los reyezuelos de Canaán, los cuales quisieron formar una liga antibabilónica. Ante esta situación, Jeremías recomienda prudencia y sentido realista de la situación.
Amonestación a las naciones vecinas (1-11).
1 A principios del reinado de Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá, llególe a Jeremías de parte de Yahvé esta palabra, diciendo: 2 Así dice Yahvé: Hazte unas coyundas y un yugo y póntelas al cuello, 3 y manda a decir 2 al rey de Edom, al rey de Moab, al rey de los hijos de Amón, al rey de Tiro y al rey de Sidón, por los embajadores que han venido a tratar con Sedecías, rey de Judá, a Jerusalén 4 que digan a sus señores: Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: Esto habéis de decir a vuestros señores: 5 Yo, con mi gran poder y la fuerza de mi brazo, he hecho la tierra, al hombre y a los animales que hay sobre la haz de la tierra, y la doy a quien quiero. 6 Ahora he dado todas estas tierras en poder de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y aun las bestias del campo las he puesto a su servicio, 7 y habrán de estarle sometidas todas las naciones a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hasta que venga el tiempo también para su tierra y la sojuzguen pueblos poderosos y reyes grandes. 8 Al pueblo y al reino que no quiera someterse a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no dé su cuello al yugo del rey de Babilonia, le visitaré yo con espada, hambre y peste oráculo de Yahvé hasta someterlo a su poder. 9 No escuchéis, pues, a vuestros profetas, a vuestros adivinos, a vuestros soñadores, a vuestros agoreros y a vuestros encantadores, que os dicen: No os veréis sometidos al rey de Babilonia. 10 Porque es mentira lo que os profetizan para que seáis alejados de vuestra tierra y yo os disperse y perezcáis, Al pueblo que dé su cuello al yugo del rey de Babilonia y se le someta, le dejaré en su tierra oráculo de Yahvé y la cultivará y habitará en ella. El v.1 falta en el texto griego y es idéntico a 26:1. Por otra parte, la mención de
Joaquim no puede ser auténtica, ya que en el contexto se habla del reinado de Sedecías 3. Habría que cambiar, pues, el nombre de
Joaquim en
Sedecías. Algunos críticos prefieren sustituir el verso por el 28:1, o lo suprimen, ya que el v.2 parece una segunda introducción, que, por otra parte, es idéntica a 13:1.
Por orden de Dios ejecuta de nuevo el profeta una acción simbólica4. La finalidad de esta predicación plástica era impresionar a las mentes de las gentes, poco dadas a la abstracción. El oriental vive sobre todo de la imaginación y prefiere las composiciones dramáticas a las exposiciones conceptuales al estilo helénico. Isaías anduvo tres años medio desnudo para atraer la atención de sus oyentes. Ezequiel utilizará a menudo estos procedimientos, que a nosotros nos resultan infantiles y hasta ridículos. Jeremías mismo anduvo por las calles de Jerusalén con un yugo al cuello para simbolizar la futura sujeción de Judá a Babilonia
5. Aquí Dios manda al profeta que se presente a los embajadores extranjeros con un yugo al cuello. La acción simbólica de Jeremías debía significar a aquellos representantes de los pequeños reinos siro-fenicio-palestinos el destino que les esperaba, y que era inútil querer hacer ligas contra Babilonia, ya que Yahvé había decidido dar el triunfo a Nabucodonosor. En este sentido, Jeremías hace de
profeta también para las naciones paganas6. Como garantía de la veracidad de lo que anuncia, proclama enfáticamente que habla en nombre de Yahvé, que es el Creador de todo y que, por tanto, dirige los hilos de la historia de todas las naciones, aun las paganas: Yo
con mi poder y mi brazo he hecho la tierra. (v.6),
y, por tanto, la da a quien quiere:
He dado todas estas tierras en poder de mi siervo Nabucodonosor (v.6). Es el arbitro de los destinos de los pueblos 7. Sobre todo acontecer histórico están los designios inescrutables de la divina Providencia, que guía los hombres y los reinos según las exigencias de su justicia y santidad. Nabucodonosor será su
siervo en cuanto
instrumento de sus justicieros designios. Con ello no se quiere aprobar todas sus injusticias y atropellos. También para el imperio babilónico llegará su castigo, cuando sea sojuzgado por
pueblos poderosos y reyes grandes (v.7). El profeta invita a la sumisión no sólo por prudencia elemental humana, sino como acatamiento obediente de la voluntad omnímoda de Yahvé, preludio de una conversión futura y acatamiento de sus leyes.
Es voluntad del Dios de Israel que se sometan todas las naciones al invasor babilónico durante un breve lapso de tiempo, es decir, durante la vida de Nabucodonosor, de su
hijo y del hijo de su hijo (v.7). Efectivamente, sabemos que el poderío del imperio caldeo duró, poco más o menos, la vida de un hombre, siendo suplantado en el 538 por el imperio persa, con Ciro el Grande al frente. La palabra
hijo aquí tiene el sentido amplio de sucesor. La duración otorgada por el profeta al imperio babilónico coincide, más o menos, con el número redondo de setenta años que aparece en 29:10.
El rehusar someterse a este destino inevitable no hará sino aumentar las proporciones de la catástrofe, ya que la rebelión no hará sino traer la destrucción, las matanzas, las deportaciones:
la espada, el hambre y la peste (v.8), los tres terribles flagelos enviados por Yahvé para castigar la obstinación
de los que no le quieren reconocer como Dios. Esta es la única perspectiva segura: la invasión y el triunfo de Nabucodonosor será inevitable; por tanto, es inútil guiarse por promesas vanas humanas lanzadas por
profetas desaprensivos, que no transmiten mensajes auténticos de Yahvé, sino lo que les dicta su imaginación y sus intereses materiales. Son
soñadores y
agoreros, que no merecen crédito alguno.
Invitación a Sedéelas a someterse a Babilonia (12.-15)
12 Y a Sedecías, rey de Judá, le hablé de todo esto, diciéndole: Dad vuestro cuello al yugo del rey de Babilonia, someteos a él, a su pueblo, y viviréis. 13 ¿Para qué morir tú y tu pueblo de espada, hambre y peste, como dijo Yahvé respecto del pueblo que no se someta al rey de Babilonia? 14 Y no escuchéis a los profetas que os dicen: No os veréis sometidos al rey de Babilonia, pues lo que os profetizan es mentira. 15 Porque no los he enviado yo oráculo de Yahvé , aunque ellos mentirosamente profetizan en mi nombre, y serán causa de que yo os disperse y perezcáis vosotros y los profetas que os profetizan. El profeta, después de haber hablado a los embajadores extranjeros, habla directamente al rey Sedecías, comunicándole el mismo mensaje. Es inútil querer sustraerse al
yugo de Babilonia, pues es cosa decidida de Yahvé. Le habla en plural porque en él ve representada toda la nación en peligro. De la decisión real depende la suerte de todo el pueblo (v.13). Las vanas promesas de los falsos
profetas no tienen el respaldo de la palabra divina, ya que sólo quieren halagar las aspiraciones del ambiente popular y de la misma corte: No
los he enviado yo (v.15); de ahí que sean meros impostores aunque profeticen en
nombre de Yahvé. La característica de los verdaderos profetas es promover el retorno de los corazones a Yahvé y su Ley. Toda otra predicación que aparte del Dios nacional es espúrea.
Anuncio de la depredación del templo a los sacerdotes (16-22).
16 Y a los sacerdotes y a todo este pueblo les hablé, diciendo: Así dice Yahvé: No escuchéis lo que os profetizan vuestros profetas, diciendo: He aquí que los vasos de la casa de Yahvé van a ser devueltos de Babilonia ahora en seguida, porque os profetizan mentira. 17 No los escuchéis, someteos al rey de Babilonia y viviréis. ¿Por qué esta ciudad ha de venir a ser un desierto? 18 Y si en verdad son profetas, si tienen palabra de Yahvé, que intercedan ante Yahvé de los ejércitos para que los vasos que todavía quedan en el templo y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén no sean llevados también a Babilonia. 19 Porque así dice Yahvé de los ejércitos acerca de las columnas, del mar de bronce, de los basamentos y de los demás utensilios que todavía quedan en esta ciudad 20 y no han sido llevados por Nabucodonosor a Babilonia al llevar cautivos de Jerusalén a Babilonia a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, y a todos los notables de Judá y de Jerusalén. 21 Pues así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel, de los utensilios que aún quedan en la casa de Yahvé y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén: 22 A Babilonia serán llevados, y allí estarán hasta el día en que los visite oráculo de Yahvé y los haré traer y restituir a este lugar. El profeta sale al paso de una ilusión, efecto de la falsa predicación de los falsos profetas. Se creía que se acercaba el tiempo del retorno de los cautivos llevados en el 598, y con ellos los
vasos de la casa de Yahvé (v.16), llevados como botín por las tropas babilónicas 8. Pero Jeremías conoce por revelación divina la suerte que espera al resto de los utensilios del templo salvados en la primera expoliación. También éstos serán llevados a Babilonia. Era anunciar la total depredación del templo, la ruina total de la Ciudad Santa (v.20). Las
columnas eran las famosas de bronce fundidas por Salomón, que estaban ante el vestíbulo del templo 9.
El mar de bronce era el gran recipiente que contenía el agua para los sacrificios y las lustraciones 10; los
basamentos eran los diez carritos de bronce que servían para llevar el agua a los diversos servicios del templo. Después de la toma de Jerusalén del 586, los babilonios deshicieron estos utensilios, llevándose el material precioso de ellos 11. Es el cumplimiento de la promesa de Jeremías (v.22). La frase
allí estarán hasta que los visite es considerada generalmente como glosa posterior. En
Esd_1:7-11 se habla del retorno de estos utensilios, como aquí se anuncia.
1 Las razones que se suelen aducir para considerar estos tres capítulos como sección aparte redaccionalmente son:
a) a Nabucodonosor se le llama
Nabucadnesar, en vez de
Nebucadrezar, que aparece en el resto del libro;
b) los nombres teóforos aparecen bajo la forma abreviada de
y oh; c) al nombre de Jeremías le precede el sustantivo
profeta; d) el texto griego tiene mayores diferencias con el TM que en el resto del libro. Cf. streane, o.c., p.iós. 2
Lit. envíalas, es decir, las coyundas, a los reyes citados, lo que no es verosímil. 3 Cf. v.3:12.20.28. Tres manuscritos hebreos y la versión siríaca ponen
Sedecías, como pide el contexto. 4 Cf. c.13 y 19-5Cf. c.28. 6 Cf.
Jer_1:5.10. 7 Cf.
Jer_18:5;
Dan_4:17;
Sal_115:15-16. 8 Cf.
2Re_24:13. 9 Cf.
1Re_7:155. 10 Cf.
1Re_7:23. 11 Cf.
2Re_25:13.