Josué 5, 2-9

En aquel tiempo, el Señor dijo a Josué: "Fabrícate unos cuchillos de piedra y vuelve a circuncidar a los israelitas". Josué hizo entonces unos cuchillos de piedra y circuncidó a los israelitas en la Colina de los Prepucios. Los circuncidó por el siguiente motivo: toda la población que había salido de Egipto, los varones aptos para la guerra, habían muerto en el desierto durante la travesía, después de la salida de Egipto. Ahora bien, los que habían salido estaban circuncidados; pero los nacidos después de la salida de Egipto, durante la travesía del desierto, no lo estaban. Porque los israelitas anduvieron por el desierto durante cuarenta años, o sea, el tiempo suficiente para que desapareciera la nación entera, con los hombres aptos para la guerra que habían salido de Egipto. Como ellos no escucharon la voz del Señor, el Señor juró que no les dejaría ver la tierra que había prometido darnos, de acuerdo con el juramento que hizo a nuestros padres, esa tierra que mana leche y miel. Pero en lugar de ellos suscitó a sus hijos; y fue a estos a los que circuncidó Josué, ya que estaban incircuncisos porque no los habían circuncidado durante la travesía. Cuando todo el pueblo fue circuncidado, se quedaron descansando en el campamento hasta que se curaron. Entonces el Señor dijo a Josué: "Hoy he quitado de encima de ustedes el oprobio de Egipto". Y aquel lugar se llamó Guilgal hasta el día de hoy.
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