Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
10. Suplica a Dios para que sea mas Comprensivo.
E n un vigoroso discurso, Job vuelve a protestar por su inocencia, pero utiliza un nuevo argumento ante el Omnipotente que le hiere: ¿Es digno de Dios meterse tan a fondo y despiadadamente con el hombre, que al fin y al cabo es obra de sus manos? Sus designios, como Dios, tienen que ser mucho más elevados que los de un simple mortal, y, por tanto, no debe ser tan cicatero, escrutando las debilidades del hombre, que es una pobre criatura suya propensa al mal.
¿Es decoroso para Dios desdeñar la obra de sus manos? (1-13).
1
¡Estoy hastiado de mi vida! Voy a dar curso libre a mis quejas, a hablar con la amargura de mi alma. 2
Quiero decir a Dios: ¡No me condenes, dame a saber por qué te querellas de mí! 3
¿Es decoroso para ti hacer violencia, desdeñar la obra de tus manos y complacerte en los consejos de los malvados? 4
¿Tienes tú acaso ojos de carne y miras como mira el hombre? 5
¿Son tus días los de un mortal, son tus años los años del nombre, 6
para que tengas que inquirir mi culpa y andar rebuscando mi pecado, 7
cuando sabes que no soy culpable y nadie puede librarme de tus manos? 8
Tus manos me hicieron y me formaron, ¿y vas a aniquilarme después? 9
Acuérdate que me modelaste como el barro,¿y vas a tornarme al polvo? 10
¿No me exprimiste como leche, no me cuajaste como queso? 11
Me revestiste de piel y de carne, y con huesos y músculos me consolidaste. 12
Me diste vida y me favoreciste y tu solicitud guardó mi espíritu. 13
¿Y me guardabas esto en tu corazón? Bien veo que esto entraba en tus designios 2
. De nuevo desahoga con toda libertad y con frases irónicas y destempladas su espíritu agitado. No comprende Job por qué Dios le trata así siendo quien es. Sabe que no puede llevar a juicio a Dios, pero no puede menos de expresar sus quejas sobre su triste situación. En su vida parece que Dios se complace en hacer violencia a los justos, dando así ocasión a que los impíos se rían y consideren triunfadores.
Se siente hastiado de su amarga existencia, y sus palabras reflejan este desesperado estado de ánimo 3. Empleando términos jurídicos, Job se presenta a Dios como un condenado, pero que quiere saber la causa de la sentencia condenatoria dada contra él: ¿Por qué te querellas contra mi? (v.2).
Sabe que Dios conoce a fondo sus actos más íntimos, más que él mismo; pero quiere saber el grado de culpabilidad que pueda haber en ellos.
Por otra parte, el condenado quiere conciliar la benevolencia del terrible Juez, apelando a su carácter de Creador: el hombre es obra suya, y, por tanto, debe sentir amor hacia ella; pero parece que la desdeña4, como si sintiera cierta propensión a hacer daño, conformándose así al consejo de los perversos. Por otra parte, por el hecho de conocer Dios hasta lo más íntimo del corazón humano no debe actuar por las apariencias, como hacen los hombres: ¿Tienes ojos de carne y miras como el hombre? (v.4). No puede Dios engañarse como el hombre, ya que el hombre mira al rostro, mientras que Dios mira al corazón.5 En consecuencia, debe valorar debidamente la profunda amargura del corazón de Job, incomprendido de los hombres y despreciado de todos. Dios es eterno, y, por tanto, no es como el hombre, que tiene los días contados y no puede hacer un estudio a fondo de los problemas. Además, no es propio de la dignidad divina andar inquiriendo las culpas de los hombres (v.6), Y Job vuelve de nuevo a declarar que es inocente a pesar de ser presa de la cólera de Dios (v.7); con todo, ya sabe que nadie puede librarle de sus manos. Pero es obra de Dios, y por ello, después de haber mostrado su amor modelándolo de la arcilla, no es lógico aniquilarlo; esto es contradecir a sus mismos designios creadores 6. Con diversos símiles declara Job cómo Dios le ha formado cuidadosamente en el seno materno, describiendo las diversas fases de la formación del feto, primero amasado como algo líquido como leche , después como un queso, para revestirle, finalmente, de carne, huesos y músculos7. Esta obra preparatoria del cuerpo se ordenaba a recibir la vida el supremo don ·, que debía estar constantemente bajo la solicita guarda de su providencia. Todo esto no tiene sentido si iba a dejarle al fin desamparado y sumido en la mayor amargura de su alma: ¿Me guardabas esto en tu corazón? Sus designios, al principio benévolos, se convirtieron después en justicieros y punitivos hasta la crueldad.
Deseo de rehabilitación antes de morir (14-22).
14
Si peco, tú me vigilas, y de mi falta no me disculparás. 15
Si prevarico, ¡ay de mí! Si soy inocente, no podré levantar la cabeza, harto de ignominia y ebrio de penas8
. 16
Y si la levanto, tú me cazarás como león, y contra mí vuelves a hacer ostentación de tu poder 9
. 17
Renovarás tus pruebas contra mí como tropas de refresco. 18
¿Por qué me sacaste del vientre de mi madre? Muriera yo sin que ojos me vieran. 19
Fuera como si nunca hubiera existido, llevado del vientre al sepulcro. 20
¿No son pocos los días de mi existencia? 10
Retírate de mí para que pueda alegrarme un poco 21
antes de que me vaya, para no volver, a la tierra de tinieblas y de sombras, 22
tierra de negrura y desorden, en la que la claridad es como la oscuridad. Nada se oculta a los ojos avizores de Dios; por tanto, si Job peca, al punto el acto es registrado por la vigilancia continua del Omnipotente, y aquél lleva el estigma del condenado: ¡ay de mi! Pero, si es inocente, tampoco puede levantar la cabeza, yendo con ella erguida, porque Dios descubre culpabilidad hasta en los ángeles. Dios parece, en todo caso, que está al acecho como un león para cazarlo. Es el blanco contra el que Dios hace ostentación de su poder. Constantemente está dando pruebas condenatorias contra él, que llegan sin cesar como tropas de refresco (v.17).
En esta situación, cercado por Dios en todas direcciones, Job vuelve a desear no haber existido; la muerte en el seno materno hubiera sido para él una felicidad, pues no se habrían abierto sus ojos a tantas desdichas n; y la tumba le habría recibido sin haber pasado por la amarga vida. Pero ya que está lanzado a la vida, y ésta es corta, pide Job a Dios que le dé un respiro para poder alegrarse en ella antes de ir a la región de los muertos el seol donde reinan la oscuridad y las sombras mortales; el viaje es sin retorno. En esa región subterránea no hay alegrías ni esperanzas, sino tedio y debilidad física total. Allí los difuntos en estado de sombras andan vagabundos, sin encontrar nada que les infunda alegría 12.
1 El TM lee: juntamente (yajad); leyendo 'ajar con los LXX, tenemos después. 2 Lit. Yo sé que esto está contigo (presente). 3 Cf.
Job_9:35;
Job_11:9. 4 Cf.
Gen_31:42. 5 Saín 16:7. 6 Cf.
Sal_139:13-16. El autor juega con las ideas de la creación inicial (
Gen_2:7) y la formación de cada uno en el seno materno. 7 Tomás distingue en estos tres actos de la formación del feto humano: seminis resolutio, compactio massae corporae in útero mulieris, distinctio organorum. 8 Así según una corrección seguida por Dhorme y la Biíb. de Jér. 9 Así la Bib. de Jér. Dhorme: Tú no cesas de distinguirte gracias a mí. 10 Así según una corrección basada en los LXX y Sir. 11 Cf.
Job_3:11. 12 Sobre la morada de los muertos entre los hebreos véase R. Criado, La creencia popu-ir del Anticuo Testamento en el más allá, el seol: XV Semana Bíblica Española (Madrid 1955).