Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 111 (Vg 110): Grandeza de las Obras de Dios.
E n esta composición acróstica se entona un himno de alabanza a Dios por sus grandes beneficios en favor de su pueblo. Por su estructura y contenido, este salmo se asemeja al siguiente. Ambos constan de 22 esticos, conforme a las letras del alfabeto hebreo, cada uno de ellos comenzando con una letra distinta, siguiendo el orden del mismo. En el salmo ni se canta el poder, bondad y justicia de Dios, mientras que en el siguiente se declara la felicidad y provecho
del que se acoge temeroso a la ley de su Dios. En este sentido, ambos salmos se complementan. En el salmo ni se canta la protección dispensada por Yahvé a su pueblo a través de la historia, rescatándolo de la opresión, que puede ser la egipcia o la babilónica. El título
aleluya indica el destino litúrgico de la composición. El lirismo del salmo está agarrotado por las exigencias de la distribución alfabética de los esticos. Comúnmente se sostiene que este salmo es de composición postexílica: El color sapiencial del poema y quizá también su alfabetismo rígido inclinan a suponer un origen relativamente reciente!
La fidelidad y la justicia divinas.
1
¡Aleluya! Alef Quiero alabar a Yahvé de todo corazón Bet en compañía de los rectos y en la asamblea. 2
Guímel Grandes son las obras de Yahvé, Dalet dignas de investigarse para los que en ellas se deleitan. 3
He Su obra es esplendor y magnificencia, Wau y su justicia permanece para siempre. 4
Zain Hizo memorables sus maravillas; Jet Yahvé es clemente y compasivo. 5 Tet Dio de comer a los que le temen, Yod acordándose siempre de su alianza. 6
Kaf Mostró a su pueblo el poderío de sus obras, Lamed dándoles la heredad de las gentes. 7
Mem Verdad y justicia son las obras de sus manos; Nun son verídicos todos sus preceptos; 8
Sdmec establecidos para siempre, eternamente, Ayin instituidos en verdad y rectitud. 9
Pe Envió la redención a su pueblo, Sade ratificó eternamente su alianza. Qof Su nombre es santo y terrible. 10
Res El principio de la sabiduría es el temor de Yahvé. Sin Son de buen juicio los que (la) practican. Tan Su alabanza permanece por siempre. El
aleluya inicial probablemente no pertenece a la composición original, sino que debe de ser adición litúrgica de carácter doxológico, que se repetía al principio como una especie de antífona.
El salmista se siente eufórico y quiere manifestar
sus alabanzas a Yahvé no sólo con los labios, sino de todo corazón y en compañía de los rectos, principalmente en los momentos solemnes de la
asamblea litúrgica del templo. Su himno de alabanza se inicia con la declaración de las
obras grandiosas de Dios, que se manifiestan en la naturaleza y en la historia del pueblo elegido, y aun en la vida privada de sus adeptos. Ellas proporcionan un motivo de meditación, y son
dignas de investigarse en toda su profundidad y consecuencias para la vida religiosa del hombre. En las obras de la naturaleza se destacan
el esplendor y la magnificencia de Dios, pues son el reflejo de sus atributos de sabiduría, bondad y poder, y en sus providencias hacia el ser humano se pone de relieve
su justicia, que, lejos de atenuarse con el tiempo,
se muestra inmutable para siempre. Particularmente, su providencia se ha manifestado en la historia de Israel; en ella hizo
memorables sus maravillas, liberando a su pueblo de la esclavitud faraónica y protegiéndole contra sus enemigos. Literalmente habría que traducir: hizo un memorial de sus maravillas; y, en ese supuesto, parece que se alude a la institución de la Pascua en conmemoración de la liberación de los israelitas del ángel exterminador antes de emprender la huida hacia las estepas del Sinaí 2. En las maravillas del éxodo, Yahvé se mostró realmente
clemente y compasivo con su pueblo, acompañándole y obrando prodigios en su favor. Este modo de proceder brilla en toda la historia de Israel 3. Fiel a su
alianza, proveyó de mantenimiento a los israelitas cuando andaban hambrientos por las estepas del Sinaí4. Esta protección se manifestó también en la ocupación de la tierra de Canaán, pues, a pesar de ser Israel un pueblo menos numeroso que el que habitaba en ella, Yahvé les dio la
heredad de las gentes, expulsando a los cananeos.
Así mostró
el poderío de sus obras. Y todo ello en virtud de las exigencias de la
alianza que había hecho con Abraham, en la que le había prometido entregar a su descendencia la tierra en la que entonces se sentía extranjero 5. La liberación de Egipto fue la prueba de la fidelidad de Dios a sus promesas hechas a los patriarcas 6. Todas las obras de Dios se caracterizan por su
verdad y justicia (v.7), pues son la manifestación de sus atributos esenciales7; por eso, sus
preceptos son
verídicos, pues están como sellados, sin que puedan engañar a nadie ni ser ellos mismos defectibles. El salmista pasa insensiblemente de los portentos hechos por Dios en favor de Israel en el éxodo a la legislación del Sinaí, que es la base de las relaciones entre Yahvé y los componentes de su pueblo 8. Como expresión de la
verdad y rectitud divinas, permanecen para siempre. Esta providencia protectora de Yahvé se manifestó últimamente de un modo excepcional
en la redención de su pueblo de la cautividad babilónica (V.9). Con ello confirmó de nuevo y de modo solemne su antigua
alianza, que le obligaba a salir por los intereses del pueblo israelita. Los profetas hablaban de una nueva alianza en sustitución de la antigua 9. La repatriación de los cautivos confirmó las antiguas esperanzas de rehabilitación nacional. Con ello se manifestó
el nombre de Yahvé como santo y terrible, pues se ha revelado en todo su poder como en los antiguos tiempos del éxodo 10. Las victorias de su pueblo redundaban en la gloria del nombre temible de Yahvé, cuyas gestas antiguas sembraban de consternación a las naciones vecinas a Israel.
El salmo se cierra con unas consideraciones sapienciales: el verdadero sabio es el que sabe conducirse
conforme a las exigencias del temor de Dios, que implica acatamiento de sus leyes y docilidad a sus preceptos 11. Yahvé se manifiesta poderoso en sus obras de la naturaleza y en sus relaciones con el pueblo de Israel. Esto exige reconocimiento de su voluntad, manifestada en la Ley, pues es inútil y necio oponerse a sus caminos. Sólo El es digno de
alabanza, que se muestra a través de todas las generaciones.
1 J. Cales, o.c., II 359. 2 Cf.
Exo_12:14. 3 Cf.
Neh_9:17.31- 4 Cf.
Sal_34:9-10. 5 Cf.
Gen_12:1s; 1s.1s; 17:1s. 6 Cf.
Exo_2:24;
Exo_6:5. 7 Cf.
Deu_32:4. 8 Este v.7 es una reminiscencia de
Sal_19:8-10; cf. 103:18. 9 Cf.
Jer_33:20s;
Isa_49:14. 10 Cf.
Deu_28:58;
Sal_99:4;
Exo_15:11;
Isa_29:23;
Isa_8:13. Cf.
Pro_9:10;
Pro_1:7;
Job_28:28;
Eco_1:20.