I Reyes 7, 13-25

Trajo Salomón de Tiro a Hiram, hijo de una viuda de la tribu de Neftalí y de padre natural de Tiro, que trabajaba el bronce. Estaba Hiram lleno de sabiduría, de entendimiento y de conocimiento para hacer toda suerte de obras de bronce; y vino al rey Salomón, y fue quien hizo para él toda la obra." Fundió dos columnas de bronce. Tenía cada una dieciocho codos de alto, y un hilo de doce codos era el que podía rodear a cada una de las columnas. No eran macizas, sino huecas; el grueso de sus paredes era de cuatro dedos. Fundió capiteles de bronce para encima de las columnas, de cinco codos de alto el uno y cinco codos de alto el otro." Hizo para los capiteles de encima de las columnas reticulados y trenzados, de trenzas a modo de cadenas, uno para cada capitel. Hizo granadas todo en derredor del reticulado y el trenzado en dos nías, y para cubrir el capitel que estaba sobre una de las columnas hizo lo mismo que para el capitel de la otra. Los capiteles eran por arriba de forma de flor de loto y tenían cada uno cuatro codos. Había en cada capitel sobre las columnas doscientas granadas, alrededor de dos órdenes en lo alto de cada capitel, junto al trenzado. Alzó las columnas delante del atrio del templo. Alzó la primera al lado de la derecha, y la llamó Jaquín; luego la del lado de la izquierda, y la llamó Boaz." Así terminó la obra de las columnas. Hizo asimismo un mar de fundición de diez codos del uno al otro lado, redondo, y de cinco codos de alto, y ceñíalo en derredor un cordón de treinta codos. Por debajo del borde llevaba todo en derredor coloquíntidas, diez por cada codo, dispuestas en dos órdenes y fundidas al mismo tiempo que el mar. Estaba asentado sobre doce toros, de los cuales tres miraban al norte, tres al poniente, tres al mediodía y tres al naciente. Sobre éstos se apoyaba el mar, y la parte posterior de sus cuerpos quedaba por dentro.
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