I Tesalonicenses 3, 5-8

Por esto, no pudiendo sufrir ya más, he mandado a saber de vuestro estado en la fe, no fuera que el tentador os hubiera tentado y se hiciese vana nuestra labor. Ahora, con la llegada de Timoteo a nosotros y con las buenas noticias que nos ha traído de vuestra fe y caridad y de la buena memoria que siempre tenéis de nosotros, deseando vernos lo mismo que yo a vosotros, hemos recibido gran consuelo por vuestras necesidades y tribulaciones. Ahora ya vivimos, sabiendo que estáis firmes en el Señor.
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