II Samuel  11, 6-11

Entonces David expidió a Joab esta orden: “Mándame a Urías el jeteo.” Y Joab mandó a Urías a David. Presentóse Urías a David, y el rey le pidió nuevas de Joab, del ejército y de las operaciones militares, y después dijo a Urías: “Baja a tu casa y lávate los pies.” Salió Urías de la casa del rey, y detrás de él un obsequio del rey;" pero Urías se acostó a la puerta del palacio real, con los demás servidores de su señor, y no bajó a su casa. Dijéronle a David: “Urías no ha bajado a su casa.” Y David le dijo: “Después de haber estado fuera, ¿cómo no has bajado a tu casa?” Urías respondió a David: “El arca, Israel y Judá habitan en tiendas; mi señor, Joab y los servidores de mi señor acampan al raso, ¿e iba yo a entrar en mi casa para comer y beber y dormir con mi mujer? Por tu vida y por la vida de tu alma que no haré yo cosa semejante.”
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