Ezequiel  24, 15-19

Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: Hijo de hombre, voy a quitarte de repente la delicia de tus ojos, pero no te lamentes ni llores, no derrames una lágrima. Suspira en silencio, sin llevar luto por el muerto; ponte el turbante en la cabeza y calza tus pies, no te cubras la barba ni comas el pan del duelo7." Yo había estado hablando al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer. A la mañana siguiente hice lo que me había mandado, y la gente me decía: ¿No nos explicarás lo que significa lo que haces?
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