Gálatas 2, 3-5
“
Pero ni Tito, que iba conmigo, con ser gentil, fue obligado a circuncidarse, a pesar de los hermanos intrusos que se infiltraron solapadamente para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y reducirnos a servidumbre;" a los cuales ni por un momento cedimos, para que la verdad del Evangelio se mantuviese íntegra entre vosotros. ”