Gálatas 4, 13-15

Bien sabéis que a causa de una enfermedad corporal os anuncié el Evangelio por primera vez, y puestos a prueba por mi enfermedad, no me desdeñasteis ni me despreciasteis, antes me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. ¿Dónde está ahora aquel vuestro afecto? Pues yo mismo testifico que, de haberos sido posible, los ojos mismos os hubierais arrancado para dármelos.
Ver contexto