Genesis 29, 12-20

Dio a saber a Raquel que era hermano de su padre e hijo de Rebeca, y ella corrió a contárselo a su padre. En cuanto oyó Labán lo que de Jacob, hijo de su hermana, le decía, corrió a su encuentro, le abrazó, le besó y le llevó a su casa. Contó Jacob a Labán lo que ocurría, y éste le dijo: “Sí, eres hueso mío y carne mía.” Y moró Jacob con Labán un mes entero. Pasado éste, le dijo Labán: “¿Acaso porque eres hermano mío vas a servirme de balde? Dime cuál va a ser tu salario.” Tenía Labán dos hijas: una, la mayor, de nombre Lía; otra, la menor, de nombre Raquel." Lía era tierna de ojos, pero Raquel era muy esbelta y hermosa. Amaba Jacob a Raquel, y dijo a Labán: “Te serviré siete años por Raquel, tu hija menor.” Y contestó Labán: “Mejor es que te la dé a ti que dársela a un extraño. Quédate conmigo.” Y sirvió Jacob por Raquel siete años, que le parecieron sólo unos días, por el amor que le tenía.
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