Hebreos 6, 4-8

Porque quienes, una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, gustaron lo hermoso de la palabra de Dios y los prodigios del siglo venidero, y (sin embargo) cayeron, es imposible que sean renovados otra vez a penitencia, crucificando para sí mismos al Hijo de Dios y poniéndole en ludibrio. Porque la tierra, que absorbe la lluvia caída a menudo sobre ella y produce frutos de bendición para el que la cultiva, recibirá las bendiciones de Dios;" pero la que produce espinas y abrojos es reprobada y está próxima a ser maldita, y su fin será el fuego.
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