Hechos 7, 55-58

El, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús en pie a la diestra de Dios, y dijo: Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre en pie, a la diestra de Dios. Ellos, gritando a grandes voces, tapáronse los oídos y se arrojaron a una sobre él. Sacándole fuera de la ciudad le apedreaban. Los testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo;"
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