Levítico 14, 18-32

el resto del aceite que le queda en la palma lo echará sobre la cabeza del que se purifica, cumpliendo así la expiación por él ante Yahvé. Luego, el sacerdote ofrecerá el sacrificio por el pecado, haciendo la expiación del que se purifica de su mancha;" y después de inmolar el holocausto, lo ofrecerá en el altar con la oblación, y así hará por él la expiación y será puro. Si fuere pobre y no pudiera procurarse las víctimas ordinarias, tomará sólo un cordero, que se ofrecerá en sacrificio expiatorio, en ofrenda de expiación. Llevará una décima de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda, y un “log” de aceite;" también dos tórtolas o dos pichones, según sus facultades, uno como víctima expiatoria, el otro para el holocausto. Lo presentará el día octavo al sacerdote para su purificación a la entrada del tabernáculo de la reunión, ante Yahvé. El sacerdote tomará el cordero de expiación y el “log” de aceite y los agitará ante Yahvé;" y después de haber inmolado el cordero del sacrificio de expiación, tomará de su sangre y la pondrá en el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica y sobre el dedo pulgar de la mano derecha y el del pie derecho. Echará luego aceite en la palma de su mano izquierda, y con el dedo índice de su mano derecha hará siete veces aspersión ante Yahvé;" untará del aceite que tiene en la mano el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica y el pulgar de la mano derecha y el del pie derecho en el lugar donde puso la sangre de la víctima expiatoria. Lo que le quede en la mano lo echará sobre la cabeza del que se purifica para hacer por él la expiación ante Yahvé. Después ofrecerá una de las tórtolas o uno de los pichones que haya podido procurarse, el uno en sacrificio por el pecado, el otro en holocausto con la ofrenda; y así, el sacerdote hará la expiación ante Yahvé del que se purifica." Esta es la ley de la purificación del que tiene plaga de lepra y no puede presentar las víctimas ordinarias.
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