Levítico 7, 11-21

He aquí la ley del sacrificio pacífico que se ofrece a Yahvé: Si se ofrece en acción de gracias, con la víctima eucarística ofrecerán panes ácimos amasados con aceite, tortas ácimas untadas de aceite, frisuelos de flor de harina amasada en aceite. También podrán ofrecerse con la víctima del sacrificio pacífico, ofrecido en acción de gracias, panes fermentados. De cada una de estas ofrendas se presentará por elevación una pieza, reservada a Yahvé, que será del sacerdote que haya hecho la aspersión de la sangre de la víctima pacífica. La carne de la víctima del sacrificio pacífico eucarístico se comerá el día mismo que se ofrece, sin dejar nada para el día siguiente. Si la víctima se ofrece en cumplimiento de un voto, o como ofrenda voluntaria, se comerá el día en que se ofrece, y lo que reste se comerá el día siguiente; pero si algo queda para el tercer día, se quemará." Si alguno comiera carne del sacrificio pacífico el día tercero, el sacrificio no será aceptado, no se le computará al que le ofreció, sino que será abominación, y el que así comió contraerá reato. La carne que haya tocado una cosa impura no se la comerá, se quemará. La carne podrá comerla quienquiera que esté puro; pero el que, estando impuro, comiera la carne de la víctima pacífica ofrecida a Yahvé, será borrado de su pueblo," y todo aquel que tocare inmundicia de hombre, de animal o de cualquiera otra abominación inmunda, y comiera de esta carne, será borrado de su pueblo.
Ver contexto