Marcos 14, 34-36

y les decía: Triste está mi alma hasta la muerte; permaneced aquí y velad." Adelantándose un poco, cayó en tierra, y oraba que, si era posible, pasase de él aquella hora. Decía: Abba, Padre, todo te es posible; aleja de mí este cáliz; mas no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú."
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