Mateo 27, 25-31

Y todo el pueblo contestó diciendo: Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de haberle hecho azotar, se lo entregó para que le crucificaran." Entonces los soldados del procurador, tomando a Jesús, lo condujeron al pretorio ante toda la cohorte, y, despojándole de sus vestiduras, le echaron encima una capa de púrpura roja, y, tejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en la mano una caña; y doblando ante El la rodilla, se burlaban diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!" Y, escupiéndole, tomaban la caña y le herían con ella en la cabeza. Después de haberse divertido con El, le quitaron la capa, le pusieron sus vestidos y le llevaron a crucificar.
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