Numeros  20, 2-11

No había allí agua para la muchedumbre, y ésta se amotinó contra Moisés y Aarón. El pueblo se quejaba contra Moisés, y decía: “¡Ojalá hubiéramos perecido cuando perecieron nuestros hermanos ante Yahvé! ¿Por qué has traído al pueblo de Yahvé a este desierto a morir, nosotros y nuestros ganados? ¿Por qué nos sacaste de la tierra de Egipto, para traernos a un lugar tan horrible como éste, que no puede sembrarse ni tiene viñas, ni higueras, ni granados, y donde ni agua siquiera hay para beber?” Moisés y Aarón se apartaron de la muchedumbre, a la entrada del tabernáculo de la reunión, y postráronse rostro a tierra. Apareció la gloria de Yahvé, y Yahvé habló a Moisés, diciendo: “Toma el cayado y reúne a la muchedumbre, tú y Aarón, tu hermano, y en su presencia hablad a la roca, y ésta dará sus aguas; de la roca sacarás agua para dar de beber a la muchedumbre y a sus ganados.” Moisés tomó de delante de Yahvé el cayado, como se lo había él mandado, y, juntando Moisés y Aarón a la muchedumbre delante de la roca, les dijo: “¡Oíd, rebeldes ! ¿Podremos nosotros hacer brotar agua de esta roca ?” Alzó Moisés su brazo e hirió con el cayado la roca dos veces, y brotaron de ella aguas en abundancia, y bebió la muchedumbre y sus ganados.
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