Salmos 22, 14-22

Abren sus bocas contra mí cual león rapaz y rugiente. Me derramo como agua; todos mis huesos están dislocados. Mi corazón es como cera, que se derrite dentro de mis entrañas." Seco está como un tejón mi paladar, mi lengua está pegada a las fauces, y me han echado al polvo de la muerte. Me rodean como perros, me cerca una turba de malvados; han taladrado mis manos y mis pies" y puedo contar todos mis huesos. Ellos me miran y contemplan. Se han repartido mis vestidos y echan suertes sobre mi túnica. Tú, pues, Yahvé, no estés lejos, fuerza mía; ¡apresúrate a venir en mi auxilio!" Libra mi alma de la espada, y mi vida de la garra de los perros. Sálvame de la boca del león y de los cuernos de los toros salvajes mi pobre (vida).
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