Salmos 36, 8-10

¡Cuan preciosa es, oh Dios, tu piedad Los hijos de los hombres a la sombra de tus alas se acogen. Sácianse de la abundancia de tu casa y los abrevas en el torrente de tus delicias;" porque en ti está la fuente de la vida, en tu luz vemos la luz.
Ver contexto