Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Hondo pesar de Nehemías (2:1-3).
1
En el mes de Nisán del año veinte del rey Artajerjes, estando ya el vino delante de él, tomé el vino y se lo ofrecí al rey. Jamás había yo aparecido triste en su presencia, 2
pero aquel día me dijo: ¿Por qué estás con tan mala cara? Enfermo no estás; no puede ser, pues, sino alguna pena de tu corazón. Yo entonces me atemoricé sobremanera, 3
y respondí al rey: ¡Viva el rey eternamente! ¿Cómo no va a estar triste mi rostro cuando la ciudad donde están los sepulcros de mis padres está en ruinas, y quemadas por el fuego sus puertas? Las informaciones que le dieron Jananí y otros calaron hondo en el corazón de Nehemías. Era copero del rey; la frase el vino delante de él apenas tiene sentido, por lo que el texto griego la ha cambiado por el vino estaba delante de mí, lo que equivale a decir que le había llegado a Nehemías el turno de servir el vino al monarca. A pesar de sus esfuerzos para permanecer sereno, no pudo, sin embargo, evitar que sus pesares se reflejaran en su rostro. Las palabras del rey le atemorizaron, por estar prohibido a los empleados de palacio mostrarse tristes o aparentar mal humor durante el servicio real (
Est_4:2). Además, pensando él pedir a Artajerjes revocara la orden que había dado de suspender la reconstrucción de las murallas de Jerusalén (
Esd_4:7-23), temía que la tristeza le indispusiera con el rey y le cerrara las puertas para pedirle tan gran favor. A la pregunta del rey responde Nehemías poniendo por delante la cuestión sentimental: en Jerusalén estaban las tumbas de sus antepasados en situación lamentable y expuestas a ser profanadas, por carecer la ciudad de murallas y puertas que aseguraran la incolumidad de las mismas. Los persas profesaban gran respeto a los sepulcros. De Darío cuenta Valerio Máximo (5:4) que, al invadir el país de los escitas, notó que aquellas gentes no presentaban batalla. Al manifestar su extrañeza, le respondieron: No tenemos ciudades amuralladas ni campos cultivados que defender; pero si tú nos fuerzas a retirarnos hasta los sepulcros de nuestros padres, sabrás cómo los escitas saben batirse.
Petición de Nehemías (2:4-8).
4
Y me dijo el rey: ¿Qué es lo que quieres? Yo, rogando al rey de los cielos, 5
respondí al rey: Si al rey le pareciera bien y hallara gracia tu siervo ante ti, que me mandaras a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, para reedificarla. 6
El rey, a cuyo lado estaba sentada la reina, me dijo: ¿Cuánto durará tu viaje? ¿Cuándo estarás de vuelta? Plugo al rey dejarme partir, y yo le señalé tiempo. 7
Después dije al rey: Si al rey le parece bien, que se me den cartas para los gobernadores del otro lado del río, para que me permitan pasar y entrar en Judá; 8
y otra carta para Asaf, guardabosques del rey, Para que me facilite maderas y viguería para las puertas de la ciudadela vecina a la casa, para las murallas de la ciudad para la casa que yo he de habitar. Dióme el rey estas cartas pues la buena mano de mi Dios estaba sobre mí. Sabía Nehemías que Dios ablanda y endurece a su beneplácito el corazón de los reyes; por lo cual, antes de responder al monarca oró brevísimamente a Dios, poniendo en sus manos el trascendental asunto. En primer lugar le pidió le concediera ir a Jerusalén para reedificarla. Ante la carta de Rehum y Simsaí, había respondido Artajerjes que cesaran los trabajos para la reconstrucción de las murallas (
Esd_4:21); pero el rey dictó aquella orden a base de los informes que le transmitían. Nehemías, funcionario palaciego, cumplidor de su deber, reitera la petición. Existía la dificultad de que la corte persa no revocaba nunca una ley (
Dan_6:16;
Est_8:8), pero podía sustituirla por otra. Además, Artajerjes era muy conocido a causa de su carácter voluble y por la influencia que ejercían las mujeres sobre él. Al lado del rey, dice el texto, hallábase la reina. En el texto original, la soberana es llamada
hashegal (
Dan_5:2). Por razón del artículo parece que se trata de la reina propiamente dicha, aunque el término en sí puede aplicarse más bien a una mujer del harén o a una concubina. Del hecho de que Nehemías tuviera familiaridad con la reina no se deduce necesariamente que fuera eunuco.
Tanto el rey como la reina se preocupan menos del favor que les pide su servidor que del tiempo que tardará en volver. No señala el texto el lapso de tiempo que pidió Nehemías, pero consta que su permanencia en Jerusalén duró unos doce años (
Dan_5:14). No es creíble que Nehemías pidiera autorización para ausentarse tanto tiempo; cabe más bien suponer que el corto lapso de tiempo señalado fuera prolongándose poco a poco a instancias del mismo. Una vez obtenido el permiso, pide letras comendaticias para los gobernadores de las provincias que debía atravesar hasta llegar a Jerusalén, y de una manera especial para el de Judá. Algunos autores (Vaccari) suponen que Nehemías pidió una escolta para el trayecto. Pide otras cartas para el guardabosques del rey. Asaf era judío. Puede relacionarse este personaje con Gadatas, intendente de los dominios reales en Asia Menor, al cual felicitó Darío por haber trasplantado en la baja Asia árboles que crecen al otro lado del Eufrates. Los reyes persas habíanse reservado algunos parques nacionales, llamados
parees lammelek, paraíso del rey. El término
pardes (Ece 2:5;
Can_4:13) es de origen persa. De él se ha derivado la palabra
paraíso, con el significado de parque, jardín o bosque (
Gen_2:8). ¿En dónde se encontraban estos bosques reales? Algunos creen que el monarca persa tenía algunos bosques Palestina, quizá en la región de Etam, a unos once kilómetros al sur de Jerusalén, en el lugar donde Flavio Josefo (
Ant. lud. c.8:7-3) coloca los jardines de Salomón (
Age_1:8), o en los montes de Juda (
1Cr_27:28). Supone Abel que
pardes designaba los bosques del Líbano, de los cuales el rey se reservaba la explotación (Schneider). Pedía Nehemías maderas para las puertas de la ciudadela, construida acaso en el lugar que ocuparon más tarde las fortalezas de Baris y Antonia; para las murallas de la ciudad y para su propia casa. La ciudadela era un edificio cuya finalidad era proteger el templo contra las gentes del país.
Nehemías llega a Jerusalén (1Cr_2:9-12).
9
Presénteme a los gobernadores del otro lado del río y les entregué las cartas del rey, que había hecho que me acompañasen dos jefes del ejército y alguna gente de a caballo.10
Cuando lo supieron Sambalat, joronita, y Tobías, siervo amonita, disgustóles en extremo que viniese un hombre para procurar el bien de los hijos de Israel. 11
Llegué a Jerusalén y estuve allí tres días; pasados los cuales, 12
me levanté de noche con algunos hombres, sin decir a nadie lo que mi Dios me había puesto en el corazón hacer por Jerusalén. No llevaba conmigo bestia alguna de carga; sólo mi propia cabalgadura. Además de las cartas de recomendación, el soberano puso una escolta a disposición de Nehemías. Al llegar a Jerusalén entrevistóse con las autoridades provinciales y locales, las cuales no vieron con buenos ojos la presencia de un hombre autorizado por el rey para procurar el bien de los judíos repatriados. Sambalat es un nombre asirio que significa Sin (el dios lunar) da la vida. Era gobernador de Samaría (
1Cr_3:34). Se le llama el joronita, o bien porque era originario de Bet-Horón (
Jos_10:10;
Jos_16:1-3;
1Re_9:17), o porque descendía de Joronaím o Bet-Jarán, en la región de Moab (
Isa_15:3;
Jer_48:34). En un papiro de Elefantina se dice que los hijos de Sambalat, gobernador de Samaría, gozaban de gran autoridad 1. El papiro es del año 17 de Darío II (424-405). Tobías estaba a las órdenes de Sambalat, como parece sugerir la palabra
siervo, que puede tomarse en sentido honorífico o peyorativo. Se cree que este amonita dio origen a la poderosa familia de los Tobiadas, que, según Flavio Josefo 2 y el testimonio de los papiros de Zenón, gozó de gran fama en el siglo ni antes de Cristo, tanto por su riqueza como por su influencia política. De estos documentos se deduce que Tobías vivía en la
Birta (hebreo
birah, griego baris, fortaleza) de Amón y era jefe de unos camelleros establecidos allí como colonos. Mantenía buenas relaciones con Tolomeo II, al cual mandaba caballos como obsequio. Dedicábase al comercio, que ejercía también en Jerusalén, en donde tuvo gran influencia durante el siglo u por sus relaciones con el sumo sacerdote Onías. Las modernas excavaciones han demostrado que la mencionada colonia estaba en e1 lugar conocido por Araqel-Emir, entre Aman y el río Jordán. Allí, al pie de una colina, en un subterráneo excavado en la roca, se lee dos veces el nombre de Tobías en caracteres hebraicos antiguas. A unos trescientos metros más allá existen vestigios de un gran edificio conocido con el nombre de
Qasrel-Abd = castillo del siervo, lugar que corresponde, sin duda, a la mencionada
Birta d Amón. Dada la tenacidad característica de la toponomástica semítica, es posible que el apelativo
siervo sea un recuerdo del calificativo honorífico de los antiguos Tobiadas que eran
siervos, es decir
ministros de los Tolomeos. Es improbable que el apelativo dé
siervo deba tomarse en sentido peyorativo 3.
Inspección nocturna (Jer_2:13-15).
13
Salí de noche por la puerta del Valle y me dirigí hacia la fuente del Dragón y la puerta de la Escombrera, mirando las murallas de Jerusalén en ruinas y sus puertas consumidas por el fuego. 14
Seguí a la puerta de la Fuente y al estanque del Rey, y no había por allí sitio por donde pasar la cabalgadura en qué iba. 15
Subí, todavía de noche, por el torrente e inspeccioné la muralla. Luego volví a entrar por la puerta del Valle, estando así de vuelta. Decidió Nehemías efectuar el recorrido durante la noche con el fin de no llamar la atención de las autoridades. Algunos íntimos que le acompañaron no conocían sus planes. Montaba éste en su cabalgadura; los que le acompañaban iban a pie. En líneas generales, parece que Nehemías inició su itinerario nocturno empezando por la parte noroeste de la ciudad, descendió por el valle de Hinnón en dirección a la piscina de Siloé, remontó el torrente Cedrón hasta Ain-itti-Mariam, estanque de Salomón, regresando al punto de partida. La puerta del Valle (
Jer_3:1-32;
Jer_12:31-40;
2Cr_26:9) hallábase cerca de la actual puerta de Jafa, no en el Tiropeón. De la mencionada puerta pasó a la fuente del Dragón (
hattanin),
en el actual Birket es-Sultán. Sabido es que los
tanninim eran considerados como monstruos marinos (
Gen_1:2;
Job_7:12). Esta fuente misteriosa (DBS 4:949), difícil de localizar, evoca espontáneamente la piscina de las serpientes existente en tiempos de Flavio Josefo 4. La puerta de las Escombreras coincide muy probablemente con la de los esenios de que habla Flavio Josefo 5, situada, según él, en la región llamada Berzo, o sea, del
estercolero. Llamábase así porque junto a ella arrojábanse las basuras de la ciudad, que iban a depositarse en el torrente Hinnón, donde las aguas las arrastraban hacia el
wadi enNahr. De trecho en trecho se paraba Nehemías contemplando el estado de las murallas.
Bajando en dirección sur de la ciudad, llegó a la puerta de la Fuente (3:15; 12:57), que se identifica o con la fuente de Siloé o con la de Ain Roguel
. Algunos localizan el estanque del Rey con la actual fuente Ain-sitti-Mariam, junto al Cedrón, y otros con la
piscina de Siloé. Según Vincent (DBS 950), corresponde al complejo de estanques construidos por Ezequías y sus sucesores en el valle del Tiropeón para regar los jardines reales (
2Re_20:20;
2Re_20:2 Grón 32, 30
Isa_22:9). A partir de este lugar, los escombros de las antiguas murallas habían obstruido el paso. Por lo mismo, bajó al torrente
Cedrón, desde donde inspeccionó de lejos las murallas, regresando i punto de donde había salido. Dado que el texto nada dice del perímetro septentrional de la ciudad, muchos creen que Nehemías no dio la vuelta completa a la misma. Sin embargo, puede admitirse que, en vista de lo avanzado de la hora y para no llamar la atención de las autoridades y del pueblo, siguió rápidamente su camino, remontando el torrente Cedrón y torciendo en dirección oeste hasta llegar al lugar de partida.
Asamblea general (Isa_2:16-18).
16
Los magistrados no sabían adonde había ido y qué era lo que había hecho. Hasta entonces no había dicho nada a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los jefes, ni a los magistrados, ni a ninguno de los que llevaban la dirección de los negocios. 17
Entonces yo les dije: Bien veis el lamentable estado en que nos hallamos. Jerusalén está destruida y sus puertas consumidas por el fuego. Vamos, pues, a reedificar las murallas de Jerusalén, y no estemos más en el oprobio. 18
Les conté cómo la buena mano de mi Dios había estado sobre mí y las palabras que el rey me había dirigido; y entonces dijeron: ¡Andando, a edificarla! Y tomaron resueltamente esta buena determinación. Los magistrados (
seganim)
ignoraban el recorrido que había hecho Nehemías. La palabra
seganim (Esdr 9:2;
Neh_4:8-13;
Neh_5:7-17;
Neh_7:5;
Neh_12:40; ) es de origen asirio y tiene un sentido dudoso. Acaso designa a los miembros de un consejo o tribunal creado después del exilio. Otros traducen por magnates, jefes de las principales familias. Pero no es fácil entonces establecer la diferencia entre los términos que significan
magistrados y notables (
horim),
que a veces parecen sinónimos (
Neh_13:11-17). Según Michaéli, los horim son los notables por su nacimiento; los
seganim lo son por sus funciones. Con las palabras no había dicho nada a los judíos, quiere referirse a los laicos que tenían
cierta representación tanto por su ascendencia como por su posición social. A los reunidos planteó Nehemías el problema de los muros. Hacia años que los primeros repatriados habían regresado del exilio, y
las murallas estaban todavía sin construir. Este estado de cosas era un oprobio para el pueblo y una señal de debilidad y desidia. Ahora que se cuenta con la actitud favorable del rey conviene aprovechar la coyuntura, procediendo rápidamente, antes de que las autoridades locales puedan reaccionar y empezar los trámites para elevar su protesta al rey.
Mofas de los enemigos (Neh_2:19-20).
19
Cuando lo supieron Sambalat, joronita; Tobías, siervo am nita, y Guesern, árabe, se burlaban de nosotros y nos meno° preciaron. Nos dijeron: ¿Qué es lo que hacéis ahí? ¿Os rebe" láis contra el rey? 20
Y yo les di esta respuesta: El Dios de lo" cielos nos hará salir con nuestra empresa. Nosotros, sus siervos, nos levantaremos y haremos la edificación. Vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni recuerdos en Jerusalén. El autor presenta los acontecimientos atropelladamente: Nehe-mías reúne la asamblea al día siguiente de haber inspeccionado los muros de la ciudad y empieza inmediatamente las obras. Desde los comienzos presentáronse los enemigos mofándose de la empresa que creían descabellada. No se opusieron a ella por la fuerza por conocer las prerrogativas de que estaba investido Nehemías. Por lo mismo, pudo responder arrogantemente a las preguntas que le dirigieron sus enemigos. A Sambalat y Tobías se añade un tercer enemigo, llamado Guesem (
Neh_6:1-2-6), descendiente de una tribu árabe; ejercía las funciones de gobernador de la provincia del Negueb, la más meridional de la quinta satrapía. Puede ser que Guesem fuera descendiente de los árabes deportados a Samaría en tiempos de Sargón II. Si el libro de Nehemías no habla de los idumeos, enemigos ancestrales de los judíos, es porque los identifica con los árabes. La pregunta: ¿Os rebeláis contra el rey? se refiere a la orden dada por Artajerjes (
Esd_4:17-22); pero no insisten, sabiendo que una orden de la corte persa puede ser sustituida por otra.
1 Dieulafoy,
L'Acropole De Suse (París 1893).
2 Heródoto, III 34.
1
Pritchard, 492.
2
Ant.
Lud. 12:4:1.
3 Ricciotti, Storia 25; H. vincent, La famille des Tobiades et les origines du Paiai d'Araq-el-Emir: RB 28 (1920) 182-202.
4 Bell lud. 6:3:2.
5 Bell,.lud.,5:4:2.