Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
2. Institución de la Monarquía (c.8-10).
H an transcurrido muchos años desde que el joven Samuel servía en el santuario de Yahvé en Silo. Su maestro y guía murió. Del santuario de Silo queda sólo un montón de ruinas; el arca de la alianza yace en casa de un particular, bajo la supervisión de los filisteos. Israel vive en medio de gentes que no conocen a Yahvé y se contamina con sus cultos sensuales. No existe santuario nacional donde pueda congregarse la asamblea de los hijos de Israel. Samuel, que tenía su residencia en Rama, se desplazaba periódicamente y visitaba Galgala, Masfa y Betel para ponerse en contacto con las gentes de las distintas regiones. Pero los años le aconsejaron limitar sus desplazamientos. De ahí que a la falta de un santuario se añadía la anarquía en el orden político y administrativo.
Por otra parte, los filisteos, a pesar de su derrota en Masfa, mantenían el control del territorio israelita. En el interior urgía cada día más la necesidad de la unión entre las tribus que gozaban de gran autonomía. El medio para aunarlas era la institución de una monarquía. Edom, Moab y Amón habían implantado el regímen monárquico. El rey era un aglutinante en el interior y un caudillo que salía al frente de sus tropas para guerrear contra los pueblos enemigos.
En Israel, desde tiempo, existieron dos corrientes, una a favor y otra en contra de la monarquía (
Jue_8:22;
Jue_9:1-6;
Jue_9:7-20).
En los libros de Samuel se vislumbran claramente estas dos corrientes antagónicas. Algunos textos son favorables a la monarquía: 1 Sam 9:1-10:16; 11:1-11; 15; c.13-14; otros, contrarios:
1Sa_8:1-22;
1Sa_10:18-25; c.12 y 15. Según la tradición favorable, la iniciativa de la monarquía parte de Dios, qué escoge a Saúl como libertador de su pueblo (
1Sa_9:16); la tesis de la segunda tradición es que la idea de la monarquía parte del pueblo, que pide un rey para ser igual que las otras naciones (
1Sa_8:5-20). La evolución de la idea monárquica toma incremento con ocasión del peligro filisteo, que exigía una acción común. De esta manera se justifica la corriente favorable a la monarquía.
Saúl aparece como un continuador de la obra de los jueces: como ellos, es el salvador designado por Dios (
1Sa_9:16;
1Sa_10:1),
recibe el espíritu de Yahvé (
1Sa_10:6-10;
1Sa_11:6), libertando, como ellos, a su pueblo (
1Sa_11:1-11; c. 13-14). Pero a esta elección divina corresponde, por primera vez, una aclamación popular después de la victoria sobre los amonitas (
1Sa_11:15). El jefe carismático, el
naguid, 9:16; 10:1, se convierte en
melek, rey, 11:15 (
Les Institutions I 145).
Israel pide un rey (8:1-9).
1
Cuando envejeció Samuel, puso para juzgar a Israel a sus dos hijos; 2
el primogénito, de nombre Joel, y el segundo, de nombre Abia, y juzgaban en Berseba. 3
Pero los hijos de Samuel no siguieron los caminos de éste, sino que se apartaban de ellos por avaricia, recibiendo presentes y violando la justicia. 4
Reuniéronse todos los ancianos de Israel, y vinieron a Samuel, en Rama, 5
y le dijeron: Tú eres ya viejo y tus hijos no siguen tus caminos; danos un rey para que nos juzgue, como todos los pueblos. 6
Desagradó a Samuel que le dijeran: Danos un rey para que nos juzgue, y oró ante Yahvé; 7
pero Yahvé dijo a Samuel: Oye la voz del pueblo en cuanto te pide, pues no es a ti a quien rechazan, sino a mí, para que no reine sobre ellos. 8
Como han hecho conmigo desde que los saqué de Egipto hasta ahora, dejándome para irse a servir a otros dioses, así hacen ahora contigo. 9
Escúchalos, pues; pero da testimonio contra ellos y dales a conocer cómo los tratará el rey que reinará sobre ellos.
Samuel envejeció, y no podía cumplir con los deberes que le imponía su condición de juez de Israel. Para sustituirle nombró a sus dos hijos, Joel y Abia, que se establecieron en Berseba. Hállase la ciudad al extremo meridional de Palestina, perteneciente a Judas y Simeón (
Jos_19:9) 1. Causa extrañeza que ambos hijos fijaran en Berseba sus actividades judiciales. ¿Habíase Samuel reservado los rritorios del norte? ¿Existía en el lugar un santuario al que se acudía en peregrinación? (
Amo_5:5;
Amo_8:14).
La corriente monárquica comenzaba a cristalizar desde el momento en que Samuel instituía como sucesores suyos en el gobierno civil y militar a sus dos hijos. Pero la conducta venal de los mismos inclinó la balanza en favor de un rey representativo de la nación. Con su proceder, los hijos de Samuel transgredían la ley del
Deu_16:18-19. Como a Helí, también a Samuel faltó energía para corregirlos; pero esta debilidad debe achacarse también a la vejez.
Los pretextos invocados por los ancianos (
Deu_4:3) se fundan en que Samuel está ya viejo y en que sus hijos no seguían sus caminos. Pero la razón primordial era que querían ser como los otros pueblos, al frente de los cuales había un personaje que reunía en sus manos todos los poderes. Quieren terminar con el desmembramiento de Israel; desean que haya un rey que, en un momento de peligro, agrupe al pueblo en torno suyo y le conduzca a la victoria contra los enemigos. Quieren, en fin, una autoridad estable, no de circunstancias, como sucedía en tiempos de los jueces.
Los ancianos, en esta ocasión, se conforman a las prescripciones legales; no eligen ellos un rey, sino que se limitan a presentar a Samuel las aspiraciones del pueblo, usando las mismas palabras de la Ley (
Deu_17:14-15). La propuesta de los ancianos desagradó a Samuel, no tanto por ella en sí cuanto por la manera y ocasión de presentarla. Con ella los ancianos calificaban de deficiente su administración, imponiéndole casi un
ultimátum. Además, Samuel interpretó aquel acto como un atentado contra las leyes de la teocracia (
Jue_8:22-23). Sin embargo, manda Dios al profeta que acceda a la petición, porque el cambio en sí se ha hecho necesario para que Israel, organizado políticamente de un modo permanente, pueda hacer frente a los enemigos externos.
El monarca elegido seguirá siendo el representante de Dios (
Jue_12:12;
Jue_8:23).
Los inconvenientes de la realeza (Jue_8:10-22).
10
Samuel transmitió al pueblo que le pedía rey todo lo que le había dicho Yahvé, 11
y les dijo: Ved cómo os tratará el rey que reinará sobre vosotros: Cogerá a vuestros hijos y los pondrá sobre sus carros y entre sus aurigas y los hará correr delante de su carro. 12
De ellos hará jefes de mil, de ciento y de cincuenta; les hará labrar sus campos, recolectar sus mieses, fabricar sus armas de guerra y el atelaje de sus carros. 13
Tomará a vuestras hijas para perfumeras, cocineras y panaderas. 14
Tomará vuestros mejores campos, viñas y olivares, y se los dará a sus servidores. 15
Diezmará vuestras cosechas y vuestros vinos para sus eunucos y servidores. 16
Cogerá vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores bueyes y asnos para emplearlos en sus obras, 17
Diezmará vuestros rebaños, y vosotros mismos seréis esclavos suyos. 18
Entonces clamaréis a Yahvé, pero Yahvé no responderá, puesto que habéis pedido un rey. 19
El pueblo desoyó a Samuel, y dijeron: No, no, que haya sobre nosotros un rey, 2
° y así seremos como todos los pueblos; nos juzgará nuestro rey, y saldrá al frente de nosotros para combatir nuestros combates. 21
Samuel, después de oír las palabras del pueblo, se las repitió a Yahvé; 22
y Yahvé le dijo: Escúchalos y pon sobre ellos un rey. Entonces dijo Samuel al pueblo: Vayase cada uno a su ciudad. No dicta Samuel un código de leyes a las cuales deberá ajustarse el futuro rey de Israel, sino que hace ver los abusos que los reyes, déspotas muchos de ellos, dueños de personas y haciendas, suelen cometer. Este es el sentido de la frase:
mishpat hamelek, juicio, costumbre, derecho real (
Jue_2:13). El rey necesita un ejército de criados y servidores; conductores de aurigas que precederán a las del rey (
2Sa_15:1;
1Re_1:5); jefes de ejército (
1Re_22:7;
2Re_1:9), jardineros, artesanos, sirvientas, etc. En una palabra, los que apoyan el advenimiento de la monarquía con el pretexto de conseguir la libertad del pueblo, caerán en un régimen de esclavitud. De nada valdrán entonces las quejas a Dios, porque tienen el régimen de gobierno que ellos anhelaban.
A pesar del cuadro tan sombrío, todos a una contestaron que preferían la monarquía. A las razones aportadas antes (v.5) añaden ahora que con la monarquía dispondrá Israel de una autoridad estable y de un caudillo para las guerras contra los enemigos. El final del v.22 es de carácter redaccional; prepara la inserción de la escena de la unción de Saúl (9:1-10:16: versión favorable a la monarquía) en el relato antimonárquico ,, que primitivamente estaba unido con el capítulo 8 (De Vaux).