Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
43. La Gloria de Yahvé vuelve al Templo. Medidas del Altar.
Una vez descrito el sagrado recinto del templo, geométricamente concebido, el profeta anuncia la vuelta de la gloria de Yahvé a su morada sagrada, abandonada cuando Jerusalén fue tomada por Nabucodonosor. El capítulo puede dividirse en las siguientes partes:
a) retorno glorioso de Yahvé (1-9);
b) declaración del lugar sagrado y medidas del altar (10-17);
c) dedicación del altar (18-27).
Retorno glorioso de Yahvé a su templo (1-9).
1 Llevóme luego a la puerta que da al oriente, 2 y vi la gloria del Dios de Israel venir del oriente. Se oía un estrépito como el estrépito de caudalosas aguas, y la tierra resplandecía del resplandor de la gloria. 3 El aspecto de lo que veía era como lo que vi cuando vino Yahvé a destruir la ciudad, y en todos los aspectos como los de la visión que vi cerca del río Kebar. Caí rostro a tierra, 4 mientras la gloria de Yahvé penetró en la casa por la puerta de la fachada que da al oriente. 5 El espíritu me levantó y me llevó al atrio exterior, y vi la gloria de Yahvé llenar la casa, 6 y oí que alguno me hablaba desde dentro de la casa, mientras el varón aquel estaba en pie junto a mí 7 y me decía: Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, el escabel de las plantas de mis pies, donde habitaré para siempre en medio de los hijos de Israel. La casa de Israel no profanará ya más mi santo nombre, ni ella ni sus reyes, con sus fornicaciones ni con los cadáveres de sus reyes, con sus lugares altos; 8 pusieron su umbral junto a mi umbral, y sus postes junto a mis postes, y pared sólo por medio, contaminaron mi santo nombre con las abominaciones que cometieron. Por eso, en mi furor los consumí. 9 Pero ahora arrojarán lejos de mí sus fornicaciones y los cadáveres de sus reyes, y habitaré en medio de ellos para siempre.
En la visión inaugural del ministerio profético, Ezequiel contempló al Señor en su gloria, exilándose con los exilados. Yahvé abandonaba el templo de Jerusalén, su morada permanente en la tierra, para habitar con los desterrados. Ahora el profeta contempla el retorno radiante de la gloria de Yahvé a su antigua morada. Han pasado los días de purificación y de prueba. Con la primera visión, Ezequiel quería hacer ver a los desterrados la futura destrucción de Jerusalén y la profanación del templo santo. Ahora quiere dar a entender a sus compatriotas que después de la catástrofe hay una nueva era de esperanza. Yahvé da por cancelada la deuda contraída por el Israel pecador,
para inaugurar una nueva teocracia, presidida también por la presencia de Yahvé en su templo reconstruido. Han pasado los tiempos de las idolatrías y abominaciones, para entrar en la nueva alianza, basada en la entrega de los corazones a Yahvé.
El Señor entra solemnemente por la fachada
oriental del templo, por donde en otro tiempo había salido 1; aparece en toda su majestad, escoltado de los querubines, que con sus alas hacen un
estrépito como el estrépito de caudalosas aguas (v.2) 2. Yahvé se le había aparecido en la misma forma majestuosa cuando se disponía a destruir la ciudad (v.3) y en la visión junto al río Kebar 3. Desde el atrio exterior,
Ezequiel contempla la gloria de Yahvé, es decir, a Yahvé glorioso, entrando en el templo y llenándolo con su majestad. Cuando tomó posesión del tabernáculo del desierto y del antiguo templo de Salomón, se dice que una nube de humo, símbolo de la presencia divina, llenó el sagrado recinto 4. Ahora va a tomar definitivamente posesión de su trono,
el escabel de sus pies (v.7). En otro tiempo lo abandonó por los pecados de su pueblo, pero ahora, en la nueva etapa, las cosas serán de otro modo, porque el pueblo se apartará definitivamente de sus inveterados pecados idolátricos o
fornicaciones espirituales en los
lugares altos (v.7) 5. Otro abuso que cesará en la nueva era será el de enterrar a los
reyes cerca del templo, como era costumbre en los tiempos antiguos 6.
Yahvé se queja también de que los reyes hubieran establecido su palacio tan cerca del recinto sagrado, de modo que sólo había
pared por medio, poniendo su
umbral junto a mi
umbral y sus postes o columnas junto a los de Yahvé (v.8). En adelante, toda la colina de Sión debe ser considerada como territorio sagrado dedicado exclusivamente a Yahvé. Aunque el palacio real fue concebido primitivamente como custodia del templo y éste como capilla real para guardar el arca de la alianza, sin embargo, la proximidad del palacio al lugar santo trajo muchos compromisos a los intereses de Dios, pues la vida de la monarquía israelita fue muy poco edificante, y así no faltaron abominaciones idolátricas y crímenes sangrientos en aquellos muros regios. En la estructura futura, la casa del príncipe estará alejada del templo 7, y la zona que antes ocupara el palacio real será añadida a la gran explanada del templo como zona sagrada. Ezequiel, al hablar del futuro teocrático de su pueblo, considera a Yahvé como jefe único e inmediato de su pueblo,
y por eso al jefe político futuro le da el nombre de príncipe y no de rey, reservado a Yahvé 8.
La institución de la
monarquía fue, en realidad,
funesta para los intereses religiosos de Israel, como había previsto y anunciado el fundador de ella, Samuel. Los reyes israelitas organizaron una corte y un harén al estilo oriental, en detrimento de los intereses económicos del pueblo y, sobre todo,
con menoscabo de los derechos de Yahvé. En la nueva era, las cosas serán de otro modo: desaparecerá totalmente la idolatría, y los
cadáveres de los reyes serán arrojados fuera de su lugar, para convertir a éste en cosa sagrada aneja al templo (v.9). En todos estos anuncios profetices tenemos que tener en cuenta que se trata de idealizaciones para hacer resaltar la idea del carácter sagrado de la colina de Sión y excitar la imaginación y las esperanzas de los exilados. No es necesario, pues, tomar las palabras de Ezequiel a la letra.
Descripción del altar de los holocaustos (10-17).
10 Y tú, hijo de hombre, describe a la casa de Israel este templo. n Si se avergüenzan de lo que han hecho, muéstrales la traza y el diseño de esta casa, sus salidas y sus entradas y toda su disposición, sus ritos y sus leyes, y ponia por escrito ante sus ojos, para que guarden todos sus ritos y sus reglas y los pongan por obra. 12 Esta es la ley de la casa: sobre la cumbre del monte, todo en derredor, su término será santísimo. Esta es la ley del templo. 13 He aquí las medidas del altar en codos de codo y palmo: el canal 9, de un codo de alto y un codo de ancho, y el reborde que lleva en torno, un palmo. Tal es el zócalo del altar. 14 Desde el canal sobre el suelo al plano inferior, dos codos, y la anchura de su vuelo, un codo. Del plano inferior al plano superior, cuatro codos, y la anchura, de un codo. 15 El ariel tenía cuatro codos, y de él emergían cuatro cuernos.16 El ariel tenía doce codos de ancho y doce codos de largo, formando un cuadrado perfecto. 17 La basa tenía catorce codos de largo y catorce de ancho a los cuatro lados, y en torno de ella había una cornisa de medio codo, y el canal de un codo todo en derredor, y sus gradas estaban al lado oriental.
El Señor invita al profeta a que exponga a sus compañeros de exilio los detalles del recinto sagrado, para que lo admiren y se ilusionen con él. No deben dejarse fascinar con los templos de Bel y Marduk, pues el que se va a reconstruir sobre la colina de Sión los superará a todos. La característica del recinto sagrado es que
será santísimo (v.12). Pero deben
avergonzarse de su pasado pecaminoso y rebelde y entrar por el cumplimiento de las leyes del Señor (v.11). Sólo así podrán participar del nuevo culto en el nuevo templo. Y el profeta describe a continuación el altar de los holocaustos.
El altar que describe está constituido de tres plataformas superpuestas en forma de
zigurat o torre escalonada. La base inferior sobresale un codo (52:5 cm.), y es también de un codo de alta. Era como el zócalo del altar, que está enterrado bajo el nivel del pavimento, y tenía un
reborde de un palmo de alto (7:5 cm.), que sobresalía sobre el pavimento. El altar propiamente tal se alzaba sobre esta base y estaba formado por tres cuadrados superpuestos. El inferior, más ancho, tenía dos codos de alto (1,05 m.), y sobresalía un codo (52:5 cm.) respecto de la plataforma superior, que tenía cuatro codos (2:10 m.) y sobresalía sobre su inmediata superior un codo (52:5 cm.). La plataforma superior es llamada
ariel (
hogar u horno), porque en ella se quemaban las víctimas.
En sus cuatro ángulos había
cuatro cuernos similares a los del altar del templo de Salomón, que era una copia del altar del tabernáculo del desierto 10. Los
cuernos eran símbolo del poder de la divinidad en la mitología mesopotámica. El
ariel era un cuadrado
de 12 codos en cada lado (6:30 m.). El cuadrado intermedio (inferior al
ariel)
era de 14 codos (7:35 m.), y la última plataforma inferior es de 16 codos (8:40 m.), y la base, en la parte saliente del reborde, es de 19 codos (9:28 m.). La altura total de las tres plataformas o cuadrados es de n codos (5:75 m.). Se subía a la parte superior de esta pirámide escalonada por unas gradas que daban al oriente. Los
cuernos del altar
simbolizaban la omnipotencia divina, y sobre ellos se esparcía la sangre de los sacrificios 11
, y el que se tomaba a ellos adquiría derecho de asilo 12.
Ritos de consagración del altar (18-27).
18 Díjome: Hijo de hombre, así habla el Señor, Yahvé: Estas son las leyes del altar para cuando sea construido para ofrecer en él holocaustos y derramar la sangre de ellos. 19 A los sacerdotes, levitas de la posteridad de Sadoc, que serán los que a mí se han de acercar para servirme, dice el Señor, Yahvé, les darás un novillo para el sacrificio por el pecado. 20 Tomarás de su sangre y untarás con ella los cuatro cuernos, y los cuatro ángulos del cuadro, y el borde todo en torno. Así harás la expiación y la propiciación del altar. 21 Tomarás luego el novillo del sacrificio por el pecado, que quemarás en el lugar de la casa designado fuera del santuario. 22 Al día siguiente ofrecerás por el pecado un macho cabrío sin defecto y expiarás el altar, como lo hiciste con el novillo. 23 Cumplido que hayas el rito expiatorio, ofrecerás un novillo sin defecto y un carnero de la grey sin defecto. 24 Los ofrecerás a Yahvé; los sacerdotes ofrecerán sobre ellos la sal, y los ofrecerán a Yahvé como holocausto. 25 Por siete días sacrificarás por el pecado un macho cabrío por día; ofrecerás además un novillo y un carnero de la grey sin de fecto. 26 Por siete días se hará la propiciación del altar, se purificará y se consagrará. 27 Pasados estos días, del día octavo en adelante, los sacerdotes ofrecerán en el altar vuestros holocaustos y vuestros sacrificios pacíficos, y yo os seré propicio, dice el Señor, Yahvé. El altar, que estará enclavado en el centro del atrio interior, será destinado sobre todo a los holocaustos los sacrificios en los que se quemará
toda la víctima 13 y para derramar la sangre de las víctimas en los sacrificios no holocaustos 14. El profeta describe a continuación el rito de la consagración, que durará siete días. En el primer día se sacrificará un
novillo, y parte de su sangre será derramada sobre los
cuernos del altar, y parte sobre los
ángulos del cuadrado, o basa, y sobre su
borde. La expresión
sacerdotes-levitas indica la pertenencia a la tribu de Leví, dentro de la cual figuraba la familia de Sadoc 15. Es una denominación genérica para indicar gentes consagradas a Dios en sus funciones sacerdotales. En otros textos,
levita tiene el sentido específico de clase inferior a la
sacerdotal 16. Ezequiel tiene preferencias por la familia de Sadoc 17. El sacrificio expiatorio de que aquí habla debe realizarse en
el lugar designado (v.21), sin especificar más su localización. Se han hecho diversas conjeturas: alrededor del santuario, detrás del santuario, etc. No faltan quienes suponen que ese lugar está fuera del recinto sagrado, incluido en el muro exterior.
En el segundo día de expiación se utilizará un macho cabrío (v.22), un novillo y un carnero (v.23), acompañados de sal18. Una vez terminados los ritos de los siete días, los sacerdotes ofrecerán los sacrificios ordinarios, pues el altar ya ha sido purificado y consagrado definitivamente para el culto. Los sacrificios ordinarios eran los
holocaustos, en los que se quemaba toda la víctima, y los
pacíficos o
saludables o
eucarísticos, según se traduzca la palabra misteriosa hebrea
shelamim, aplicada a los sacrificios 19. Eran sacrificios cruentos ofrecidos por personas
ya reconciliadas con Dios en acción de gracias (de ahí eucarístico) o para pedir un favor divino. El ritual de consagración del altar que aquí presenta Ezequiel difiere en muchas particularidades del prescrito en el Pantateuco 20. Lo que indica que el profeta trabaja con su imaginación, como lo hizo para la reconstrucción del templo, con toda libertad, si bien inspirándose sustancialmente en la tradición. Debemos pensar que los detalles en Ezequiel no tienen sino valor simbólico, tanto en sus descripciones sobre el templo como en las particularidades del culto. De hecho sabemos que en la reconstrucción del templo, después del decreto de Ciro (538), los repatriados no pretendieron ajustarse a los moldes propuestos por el gran profeta del exilio ni sus puntos de vista en la organización del culto. Importa señalar las diferencias de Ezequiel con la legislación levítica para probar que ésta no es obra del profeta, como pretende la escuela de Well-hausen.
1 Cf. Ez
10:19; II.22S. 2 Cf. 1-24; 3:12s. 3 Cf. c.8-10 ye. 1. 4 Cf.
Exo_40:32-36;
1Re_8:10s;
1Cr_5:13s; 7:1s. 5 Cf. C.8.16; 23. 6 El texto griego dice: los homicidios obrados por los jefes en medio de ellos. Sabemos que el rey Manases derramó mucha sangre inocente (
2Re_21:45). Pero creemos que se debe mantener la lección del TM por exigencias de lo que se dice en el v.9- Algunos autores dan a la palabra que hemos traducido por
cadáveres el sentido de estela idolátrica (cf.
Lev_26:36). En ese caso se aludiría al culto pagano de los reyes de Israel. 7 Cf.
Eze_48:8-21. 8 Cf.
Eze_45:8-9. 9 Lit. en hebreo seno, equivalente al cimiento o cavidad que enmarcaba el altar. 10 Cf.
Exo_27:2;
Exo_27:30,
Exo_27:2. Muchos autores prefieren leer
Harel, y así relacionan este nombre con el
arallu babilónico, que era el mundo subterráneo y Ja montaña donde nacieron los dioses. Así, el
Harel sería la montaña de Dios. Generalmente se sigue la lectura que hemos expuesto con el sentido de hogar de Dios. 11 Cf.
Eze_29:14;
Lev_4:25;
Lev_30:34· 12 Cf.
1Re_1:50s;
1Re_2:28. 13 Cf.
Eze_40:38. 14 Cf.
Lev_1:5;
Lev_3:2;
Lev_4:53. 15 Cf. £240:46; 44:15- 16 Cf.
Deu_17:9-18;
Deu_18:1;
Deu_24:8;
Jos_3:3;
Jos_8:33;
Isa_66:21;
Jer_33:18;
Eze_43:19. 17 Cf.
Deu_18:1;
Isa_66:21;
Jer_33:18. 18 Cf.
Lev_2:13. 19 Los LXX traducen pacíficos
. Su ritual aparece en Lev 3. 20 Las diferencias son las siguientes:
a) Ezequiel nada dice de la
unción del altar prescrita en
Exo_29:36 y
Lev_8:11.
b) En Ezequiel, el
novillo sólo debe ofrecerse el primer día, y en los otros días un macho cabrío, mientras que en
Exo_29:36 se dice que había de ofrecerse durante siete días, como expiación, un novillo,
c) Según Ezequiel, la sangre ha de derramarse también sobre los cuatro ángulos, mientras que en
Exo_29:12 y
Lev_8:15 se ordena que la sangre se derrame sobre los cuernos del altar, y el resto se eche a los pies del altar,
d) Según Lev 9,iss, el octavo día era solemnísimo, mientras que en Ezequiel es un día cualquiera con los ritos ordinarios.